Bono desdice a Moratinos y rechaza ampliar el contingente en Afganistán

España no aumentará su dispositivo en Afganistán. El ministro de Defensa, José Bono, aseguró ayer que no hay previsto ningún incremento de la aportación a la fuerza de estabilización de la Otan (Isaf) en el país asiático. Su afirmación contradice las palabras del titular de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, que hace una semana trasladó a la Alianza Atlántica la disposición del Gobierno a mantener «e incluso incrementar» la participación de las Fuerzas Armadas españolas en este cuerpo internacional. El jefe de la diplomacia planteó esta posibilidad en Bruselas, durante la reunión del Consejo Atlántico de Otoño. Poco antes, se la había trasladado en un aparte al secretario de Estado norteamericano, Colin Powel. Pero ahora se ha convertido en puro humo. Bono afirmó que no hay intención de modificar la contribución del Ejército en la Isaf, a pesar del inicio de una nueva fase de operaciones (la denominada «Fase II»). Su razonamiento fue claro: de haber pensado en un cambio de criterio habría que haber consultado ya al Parlamento. Uno de los compromisos del Ejecutivo socialista es escuchar a las Cortes cuando pretenda comprometer la participación de las tropas españolas en una misión internacional. Esta premisa se convertirá pronto en ley -el Consejo de Ministros aprobará el proyecto el día 30-, pero el Gobierno ya ha empezado a aplicarla. La «Fase II» de las fuerzas de la Otan en Afganistán se realizará en los cuatro primeros meses de 2005, de cara a las próximas elecciones locales, provinciales y legislativas del 23 de abril. Es decir, si el Ejecutivo hubiera querido aumentar el número de efectivos lo debería haber comunicado ya a los diputados. Esta norma general, sin embargo, tendrá algunas excepciones. El ministro -que explicó en el Congreso las bases de la nueva Directiva de Defensa Nacional- advirtió de que habrá casos en los que el Parlamento no podrá opinar previamente sobre la participación de España en misiones en el Exterior. Será cuando tengan que actuar las fuerzas de acción rápida de la Otan o la UE en las que estén integrados soldados españoles. Estas cuerpos están concebidos para actuar en momentos de máxima urgencia y en teoría podrán ser desplegados en plazos de cinco a diez días por períodos de entre 30 a 120 días. Sus misiones específicas serían las operaciones de evacuación de personal no combatiente, la actuación ante crisis humanitarias o el mantenimiento de la paz. Pero también podrán ser utilizadas como fuerzas de entrada inicial en un conflicto. Bono aseguró que está trabajando cuanto puede para que las relaciones con la primera potencia mundial sean «como tienen que ser, de amistad y alianza». Sin embargo, no eludió hacer comentarios críticos. «España -dijo- ofrece medios y ayuda a EEUU sólo entendibles en un país amigo, pero nadie puede entender que nuestra vocación de amistad sea al precio de ir a una guerra ilegal». En otra referencia al país del Golfo Pérsico fue igual de tajante. «¿Cree alguien -cuestionó- que se puede hacer unas elecciones con apariencia de normalidad democrática en Irak?».