Dos de los terroristas encarcelados ayer confesaron a Garzón que estuvieron en las reuniones
Los promotores del 11-M decidieron atentar en España tras las Azores
El acuerdo se tomó en la primavera del 2003 en presencia de El Egipcio y El Tunecino
Los terroristas islamistas que planificaron y ejecutaron la masacre del 11-M tomaron la decisión de atentar en España tras hacerse público el apoyo explícito del Gobierno español a la invasión de Irak, en marzo del 2003, en el conocido como pacto de las Azores, entre José María Aznar, George Bush y Toni Blair. Según una resolución dictada ayer por el juez Baltasar Garzón, la decisión de marcar a España como objetivo del terrorismo islamista se fijó en una serie de reuniones celebradas en Madrid entre febrero y junio del 2003 y en las que participaron los principales jefes del comando que voló los trenes de cercanías, importantes militantes de Al Qaida y los jefes de la célula que por esas mismas fechas, en mayo del 2003, ejecutó los atentados de Casablanca (Marruecos), que causaron casi 50 muertos. El auto judicial recoge las declaraciones ante Garzón de los presuntos terroristas Khalid Zeimi Pardo y Mohamed el Ouazzani, detenidos el martes pasado en la última operación contra la célula terrorista que pretendía volar en un atentado suicida la Audiencia Nacional y otros puntos de gran concentración humana de la capital de España, creada por el argelino encarcelado en Suiza Mohamed Achraf. Los dos islamistas, que ingresaron ayer en prisión por integración en banda armada, conocen la información de primera mano porque estuvieron presentes en las decisivas reuniones. Khalid Zeimi Pardo está también imputado en el sumario del 11-M, que instruye el magistrado Juan del Olmo. Según los testimonios de estos imputados, entre diciembre del 2002 y febrero del 2003 Mustafá Maimouni, bajo las órdenes de los jefes operativos de Al Qaeda Addelatif Mouratik y Amer el Azizi, y con el apoyo del ex jefe de la célula de Al Qaida en España, Abu Dahdah, encarcelado por Garzón desde 2001, creó dos grupos terroristas, uno en Kenitra (Marruecos) y otro en Madrid, ambos conectados y ambos formados, sobre todo, por miembros del Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM) y de radicales salafistas. La primera de las células es la que cometió los atentados de Casablanca y la segunda es la que ejecutó el 11-M y también participó en la planificación del atentado fallido contra la Audiencia Nacional.
Adoctrinación
La célula islamista de Madrid, en la que Mohamed el Ouazzani estuvo presente desde un principio, se reunía todas las semanas en varias casas de la capital en las que se adoctrinaba durante horas a los radicales en la necesidad de la 'yihad' (guerra santa) y en la obligación del recurso al terrorismo contra los infieles. Cuando en febrero del 2003 Khalid Zeimi Pardo se incorporó a la reuniones, el grupo incluía a tres de los jefes del 11-M (Serhane Ben Abdelmajid, El Tunecino , Amer el Azizi y Rabei Osman el Sayed, Mohamed el Egipcio ), a tres de los autores materiales de los atentados de los cercanías (Jamal Zougam, Basel Ghalyoun y Said Berraj) y a dos de los jefes de los atentados de Casablanca (Mustafá Maimouni y Driss Chebli), en muchos otros. El auto de Garzón indica que, según los dos presuntos terroristas interrogados ayer, en las reuniones celebradas entre febrero y junio del 2003, que se producían en la tienda de Faissal Allouch en el barrio de Villaverde, se acordó que, «como consecuencia de que España había entrado en la guerra de Irak, se había convertido en enemiga del Islam, y por ello había que atentar en este país». Cuatro detenidos a prisión El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón decretó ayer el ingreso en prisión por presunta pertenencia a organización terrorista de (de izda a dcha y de arriba a abajo) los argelinos Abdelkader Lebik «Hamou Lebik» y Brahim Ammam, el español de origen marroquí Khalid Zeimi Pardo, y el marroquí Mohamed El Ouazzani. Estos dos últimos confesaron su implicación en el 11-M. | efe