Batasuna permite al plan Ibarretxe salvar el primer escollo en Vitoria

La ilegalizada coalición Batasuna despejó ayer las incógnitas que protegían el sentido de su voto respecto al plan Ibarretxe: optó por la abstención en la votación definitiva en la Comisión de Instituciones e Interior del Parlamento vasco, lo que permite al proyecto soberanista que impulsa el lendakari llegar vivo al debate en pleno previsto para el 30 de diciembre. La cerrada oposición de los socialistas y populares vascos no fue suficiente para frenar el recorrido parlamentario del plan. Socialistas Aberzales, el grupo de Batasuna, se asegura además la posición de centro de la vida política vasca hasta entonces. El tripartito -formado por PNV, EA e IU, que apoyan la labor del Gobierno vasco- necesita el aval de un cuarto grupo parlamentario para sacar adelante el proyecto, cuya ratificación precisa de una mayoría absoluta que no consiguen sus 36 escaños en una cámara autonómica que cuenta con 75 escaños. Para lograr los 38 votos necesarios, y dado que el voto en contra de PP y PSE parece seguro, el tripartito necesita el apoyo de la formación aberzale, abierta tras la abstención de ayer, si bien es cierto que numerosos dirigentes batasunos han insistido en los últimos meses en que la coalición no puede dar el «sí» a un proyecto del que sólo comparten el preámbulo. La abstención de Batasuna pondrá en evidencia que el proyecto soberanista del lendakari'tiene más apoyos que rechazos en el Parlamento vasco, pero impediría que sea aprobado y remitido al Congreso de los Diputados. La sorpresa aberzale Hasta ese día, el sentido de voto de Batasuna seguirá siendo una incógnita. Su portavoz, Arnaldo Otegui, explicó que su grupo optó ayer por abstenerse para «dar pie al debate de la propuesta» e impedir que se le tache de «inmovilista». El dirigente batasuno celebró que esta discusión comience con «el funeral oficial del Estatuto de Guernica». Populares y socialistas mantuvieron su rechazo frontal al proyecto porque consideran que abre el camino a «la ruptura de la convivencia y la independencia». El portavoz del PSE, Jesús Eguiguren, se mostró dispuesto a «abrir el melón de la reforma estatutaria, si es para conseguir más apoyos» que los que tuvo la Carta de Guernica cunado fue aprobada hace 25 años, algo que, recordó: el plan Ibarretxe no ha logrado: desde que fue presentado hace dos años, no ha obtenido nuevas adhesiones ni desde el ámbito político, ni el social, el cultural o el económico del País Vasca. El portavoz del PP, Leopoldo Barreda, apuntó que la abstención de SA invita a la reflexión sobre lo que está haciendo el tripartito y acusó a este de «limitar la condición de vasco a quien respalde el plan». La defensa del plan Ibarretxe llegó desde el PNV. Su portavoz parlamentario, Joseba Eguibar, aseguró que este proyecto ni es de su partido «ni colma todas las aspiraciones nacionalistas», pero subrayó que se identifica con él porque «reconoce la existencia del pueblo vasco y su derecho a decidir». Asimismo, negó el carácter secesionista del plan porque propone «una fórmula de convivencia con el Estado español de libre adhesión que no rompe nada», y rechazó, al igual que EA, que sea «excluyente».