Nevadona normalina
A pesar de la intensidad de las precipitaciones durante horas, el espesor del manto blanco y la sensación general de que se trata de algo inusual, los meteorólogos aseguran que hace siete años fue igual
Varios factores entrelazados han hecho pensar a los leoneses que se encontraban ante una nevada histórica en la provincia. La coincidencia de las precipitaciones con los días centrales de la Navidad -y éstos a su vez con el fin de semana-; la escasa circulación por las carreteras hasta ayer domingo y la sensación de frío intenso por la ola de frío polar, así como la posibilidad de permanecer en casa sin ir a trabajar y tener más tiempo para observar el fenómeno, han impulsado la sensación de acontecimiento histórico. También la descoordinación de los medios quitanieves al verse sorprendidos por una nevada de importantes dimensiones, pese a las advertencias, ha contribuido a que las carreteras cuenten con un gran manto de nieve con la sensación de atasco por parte de los conductores y de una nevada sin precedentes en los últimos años. Sin embargo, desde el Observatorio Metereológico de La Virgen del Camino no se quiere hablar de nevada histórica y aseguran que su antecedente más inmediato se sitúa hace siete años por estas fechas. Durante la jornada de ayer, se recogieron en este centro cinco litros por metro cuadrado de nieve, frente a los quince de media de la zona montañosa de la provincia, donde en algunos núcleos la nieve alcanzó el medio metro. Incluso, en la capital, el espesor osciló entre los diez y los veinte centímetros durante todo la jornada, según las áreas de la ciudad. Para la circulación, sin embargo, lo peor puede estar aún por llegar teniendo en cuenta que las bajas temperaturas previstas formarán importantes placas de hielo. Este fenómeno será más intenso en aquellas carreteras donde las máquinas quitanieves no han podido actuar aún, añadiendo más riesgos al tránsito de vehículos. Nevadas de estas características, según fuentes del Observatorio Meteorológico de La Virgen del Camino, son habituales en los inviernos leoneses y no presentan ninguna peculiariedad especial. La culpa de este frío polar reside en la conjunción de una borrasca centrada en el norte de Italia y el anticiclón situado por encima de las islas Azores, encajonando los vientos y creando una masa nubosa que genera precipitaciones como las de estas jornadas.