Entre la guerra de papá y mamá

Fue a finales de los años 70 cuando la película Kramer contra Kramer trajo a España un anticipo de las guerras familiares por la custodia de los hijos, a pesar de que el divorcio, aquí, aún parecía inalcanzable. Después de dos décadas y pico de ley de divorcio en vigor, las guerras de papá y mamá forman parte de la rutina de los juzgados aunque, al menos sobre el papel de las estadísticas, son menos las parejas que se pelean, con los hijos de por medio, que las que llegan a la separación o el divorcio de mutuo acuerdo. Las separaciones, requisito previo para el divorcio en España hasta que entre en vigor la reforma, son, en proporción de tres a dos, de mutuo acuerdo. De las 518 que se acordaron en el año 2003 en los juzgados de León 310 fueron por acuerdo y las otras 198 tuvieron contenciosas. Con todo, cerca de 200 niños y niñas se ven envueltos cada año en la guerra de papá y mamá en la provincia. En los juzgados de León y de Ponferrada durante el 2003 se decretaron 138 y 29 medidas provisionales relacionadas con la guarda y custodia y el derecho de visitas, además de otras cuestiones como las pensiones alimenticias. En los casos más extremos ni siquiera se ponen de acuerdo para el intercambio en las fechas y tiempos fijados para cumplir el régimen de visitas fijado en el convenio regulador. En León son ya 144 las familias que han usado el punto de encuentro de Aprome, un espacio neutral para este tipo de intercambios y para el cumplimiento de las visitas vigiladas establecidas por los jueces en casos excepcionales (malos tratos, patologías de los progenitores, acogimientos familiares). En interés del menor No está escrito en ningún apartado de la ley que las madres tengan preferencia para asumir la guarda y custodia de los hijos e hijas en un proceso de separación o divorcio. Sin embargo, ha sido la práctica habitual en los años de experiencia de la ley, tal y como reconocen los jueces, que tienen que regirse por el principio del «interés del menor», recuerda el decano de León, Juan Carlos Suárez-Quiñones. El modelo de madre cuidadora y padre trabajador, que ha inspirado la práctica de entregar la custodia de los hijos a las madres, está en crisis. La reforma de la ley ha de tener en cuenta, según el borrador remitido desde el Consejo de Ministros, que «se afianza la corresponsabilidad del padre y de la madre» en una sociedad donde los papeles tradicionales de hombre y mujer han cambiado, aunque «la igualdad está lejos de ser alcanzada», como afirma la presidenta de la Asociación de Mujeres Separadas y Divorciadas, Ana María Pérez del Campo. La reforma recoge la misma filosofía de que la custodia se decida «en interés del menor», pero contemplará que el padre y la madre puedan acordar a quién corresponde la custodia. En caso de que no se pongan de acuerdo, tendrán que atenerse a la decisión judicial. Igual que ahora. «Existe una mayoría de supuestos en los que el padre no quiere la custodia, sino un régimen más adecuado de visitas», subraya acerca del contenido de las medidas. La mayoría no pide la custodia Un estudio presentado en el XVII Congreso de Mujeres Abogadas revela que el 77% de los hombres envueltos en casos de separación no solicita la guarda y custodia y en la mayor parte de los casos, el 63%, no reclaman más visitas que las de los fines de semana; asímismo, poco más de la mitad comparten las vacaciones (54%) a partes iguales con las madres. En separaciones de mutuo acuerdo, hay un 2% de progenitores que optan por la custodia compartida y «se puede acordar perfectamente, pero tendrán que justificar con informes que es lo mejor para el menor», recalca el juez.