| Crónica | Millones de euros, pero en otras manos |
En la administración de León no sabían que tenían premio
Trinidad Ramírez, propietaria del mítico establecimiento de Gil y Carrasco, se encontraba de viaje por la mañana y no supo hasta media tarde que había repartido el tercero «todo en ventanilla»
-«¿Está muy repartido?» -«Bueno, sí parece que había comprado casi todo el pueblo, y Cistierna además...» -«No, no, el segundo premio no, yo le digo del tercero, que si sabe cómo ha salido, si era de algún abonado» -«¡Ah, pues no sé! Eso saldrá mañana en el periódico. Yo es que acabo de llegar de viaje y no sé nada. ¿Dónde ha caído?» -«....A ver, y lo le pregunto por el que ha vendido usted...» -«¿Qué he vendido yo, el qué? ¡Es que no te entiendo! -«Vamos a empezar otra vez, y acabamos antes. Ha vendido usted el tercer premio del sorteo del Niño. ¿Sabe si estaba muy repartido? -«¡Que lo he vendido yo! ¡Hijo mío! ¡Dame un beso, no sabes la alegría que me acabas de dar» Después de deshacer el entuerto, a Trinidad Ramírez, la propietaria de la administración número 6 d Gil y Carrasco, la sonrisa le llegaba hasta el cogote. Y eso que se empieza a hacer costumbre ya lo de la suerte en esta calle. «Hace 17 años más o menos, dimos un primer premio de Navidad, también hemos dado un tercero y hace poco, en mayo, con una primitiva, cayeron 284 millones de pesetas a una señora que, del susto, salió corriendo y me dejó con el boleto en la mano, porque me decía que no podía dejar de ser pobre». Trinidad vendió diez décimos del 32.623 en ventanilla: «No podría decir ahora mismo si ha quedado aquí o ha salido fuera porque son billetes que vas dando salida cuando la gente te va pidiendo décimos sueltos, pero lo que sí puedo decir es que nos da mucha alegría que hayamos repartido un piquito en nuestra administración».