Mueren siete obreros en Burgos en uno de los accidentes más graves desde 1980

Eran las ocho y media de la mañana. Se estaban cambiando de ropa para empezar su jornada laboral como operarios de la obra que está ampliando el carril bici de Burgos. El local es un bajo situado bajo un bloque de viviendas. Muy propablemente, una simple chispa provocó una potente explosión de combustible que acabó casi en el acto con la vida de siete hombres, el más joven, de 20 años. Además, otros cinco resultaron gravemente heridos uno de los accidentes más graves desde que 21 hombres perecieran en la explosión de un barco en Gibraltar, en 1980. Al cierre de esta edición, el equipo médico del Hospital General Yagüe trabajaba con todos los medios para intentar conservar la vida de dos de ellos. Los fallecidos, seis españoles y uno de nacionalidad italiana, son trabajadores de la empresa Arranz Acinas, que está encargada de hacer un carril bici en el barrio burgalés de Gamonal. Los operarios fallecieron por inhalación de humo. Pertenecían a una cuadrilla de quince operarios. El encargado no se encontraba en el local y sólo uno de los trabajadores salió ileso. Aunque se desconocen las causas del siniestro, la hipótesis que se baraja con más fuerza es que al manipular una de las máquinas, una chispa hiciera prender el combustible que se almacenaba en el mismo local. Todos ellos sufren afecciones respiratorias y quemaduras en manos y cara. Además, otras diecisiete personas, en su mayoría vecinos del inmueble, fueron atendidas en el mismo hospital a consecuencia del humo inhalado. Doce de ellas recibieron el alta sobre las dos de la tarde, otros cuatro están a la espera de los resultados de las analíticas y uno se halla en observación al haberse agravado una patología previa respiratoria que padecía. Psicólogos para los familiares El Hospital General Yagüe puso a disposición de los familiares de las víctimas y heridos un equipo de apoyo psicológico coordinado por el jefe del Servicio de Psiquiatría, Jesús de la Gándara, e integrado por psicólogos de otras instituciones. Como consecuencia de la gravedad de este «doloroso suceso», el Ayuntamiento de Burgos decretó tres días de luto oficial en la ciudad, hasta donde se desplazaron el ministro de Trabajo, Jesús Caldera, el presidente de la Junta de Castilla y León, el burgalés Juan Vicente Herrera, y el delegado del Gobierno en la Comunidad, Miguel Alejo, entre ot ras autoridades. El Ayuntamiento de Burgos tuvo que habilitar viviendas para que los vecinos del inmueble de la calle Sauce en el que se produjo la explosión puedan pasar la noche después de que les hayan recomendado que no duerman en las casas afectadas por el humo desprendido del fuego del sótano. Además, desde el consistorio se afirmó que algunos hoteles de la capital se han ofrecido para acoger a los afectados. structura, según informaron fuentes del Consistorio.