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La banda envía sus «mensajes»

ETA quiere dejar claro que, como dijo ayer Otegi poco antes del atentado, aún no hay proceso de paz, y a la vez demostrar su capacidad operativa antes de declarar una tregua

Una pareja quita los cristales de la ventana que rompió la explosión

Publicado por
Enrique Clemente - redacción
León

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Sólo faltaba un atentado de ETA en este tiempo de aceleración histórica que estamos viviendo para complicar aún más el complejo rompecabezas vasco. ¿Qué pretende con esta vuelta a las andadas la banda terrorista cuando todo indicaba que se estaba gestando la declaración de una tregua, quizá definitiva? Otegi lo había dejado claro pocos minutos antes de que estallara el coche-bomba: el proceso de paz aún no existe, sigue el conflicto. Para que el Gobierno no se olvide de lo que esto significa, los etarras se han encargado de recordárselo para demostrar que mantienen capacidad operativa para matar. En su lógica perversa es un impulso al proceso de paz. Antes de las treguas hay que aparentar fortaleza. De paso, avisa a los empresarios de Neguri que esto no se ha acabado todavía y deben seguir pagando. Una tregua estratégica Pero no hay que engañarse, el escenario no ha cambiado sustancialmente. Batasuna quiere desesperadamente participar en las elecciones vascas, porque sabe que si no lo hace quedará fuera de juego, absorbida por el PNV y EA. ETA está en fase terminal y, presionada por las bases y sobre todo por sus presos, está dispuesta a decretar una tregua, sea trampa o no lo sea. La estrategia de ambas organizaciones, que son la misma, es la legalización del brazo político. Eso sí, el atentado reafirma al Gobierno en su posición de exigir una tregua con garantías. No bastará con una simple declaración en Gara, serán precisas pruebas tangibles de su voluntad de abandonar las armas -¿su entrega?-. El Gobierno ha comunicado a los corresponsales extranjeros que está convencido de que el final de ETA está muy cerca. Pero públicamente reitera sus llamamientos a la prudencia, a mantener la cabeza fría. Tras lo de ayer, se redoblarán. En paralelo, el Ejecutivo, apoyado por el PP, apura el paso para dar por enterrado el plan Ibarretxe, por lo que ha adelantado el debate en el Congreso al 1 de febrero. Para el lendakari también debe ser inquietante la coincidencia de Batasuna y el PSOE en que los nacionalistas y los no nacionalistas deben dialogar para llegar a un consenso y no imponer su plan. El portavoz vasco en el Congreso, Josu Erkoreka, aseguraba ayer que las dos formaciones pretenden dejar de lado al PNV para abrir un proceso de paz «a la catalana». Hasta ahora, Ibarretxe era el mejor situado para atribuirse el éxito de que ETA declarara una tregua para celebrar su referéndum «en ausencia de violencia». Ahora Zapatero ha ganado puntos para capitalizarla.