Mueren 18 personas asfixiadas mientras dormían en un albergue de Castellón

Fallecieron durante la noche. Dormidos tras una gran fiesta de cumpleaños. Sin darse cuenta de que una espita mal cerrada de una bombona o la mala combustión de una estufa había consumido todo el oxígeno del refugio y había inundado la vieja casona del mortal monóxido de carbono. Los cadáveres de los 18 amigos que habían alquilado la casa rural Sant Cristófol, en el pueblo castellonense de La Todolella (al norte de la provincia, al limite con Teruel), fueron encontrados sobre las 16.00 horas de ayer por una patrulla de la Guardia Civil. Los agentes acudieron al refugio, acompañados de los responsables de las instalaciones, tras ser alertados a las 14.30 horas por los familiares de los fallecidos, que no respondían a las llamadas a sus teléfonos móviles. Las víctimas eran vecinos de pequeños municipios cercanos (Sobre todo Morella, Villafranca, Herbés, Ortells, Forcall, Cinctorres, entre otros) y todos ellos tenían entre 18 y 50 años. Los 18 fallecidos eran parte de un grupo mucho más grande de invitados a una fiesta de cumpleaños de un vecino de Herbés. Según el alcalde de La Tolodella, Alfredo Quirol, entre los muertos, además de vecinos de la comarca, también se encuentran varios componentes de un grupo musical que amenizó la fiesta de aniversario. Se salvaron dos personas Afortunadamente, el resto de los asistentes a la celebración decidió no dormir en la casa la noche del sábado tras la fiesta y volver a sus cercanos domicilios. Otras dos personas que sí optaron por pernoctar en la casa de Sant Cristófol salvaron milagrosamente la vida, aunque presentan síntomas de intoxicación, al quedarse dormidas en una habitación cerrada y distante de la estufa. Los excursionistas se habían desplazado el viernes y el sábado desde diferentes puntos de la comarca de Els Ports para pasar un fin de semana plagado de actividades rurales, celebrar el cumpleaños y ayer, tras la fiesta, disfrutar del conocido 'domingo de carnaval' de La Todolella, un pueblo de apenas 136 habitantes. Las víctimas habían reservado para ellos solos el albergue municipal, situado junto a una antigua ermita del siglo XV, con capacidad para 52 personas, ubicado sobre la montaña del mismo nombre y muy frecuentado por los aficionados al senderismo, bicicleta de montaña, escalada, 'puenting' y rutas a caballo. Estufa catalítica Según los primeros análisis de los especialistas, el origen de la tragedia, la mayor de este tipo en España de los últimos quince años, se habría producido por una fuga de gases procedentes de la bombona de butano de una estufa catalítica. Los investigadores barajan dos posibilidades: que los excursionistas apagaran la estufa antes de marcharse a dormir pero olvidaran cerrar la llave de paso del gas o que los fallecidos decidieran mantener encendida durante la noche la estufa pero que un golpe de viento apagara la llama y provocara una mala combustión del butano, dejando así liberarse el gas sin consumirse, lo que resultó fatal. Los cadáveres, que no pudieron ser levantados hasta la llegada del juez a primera hora de la noche, fueron trasladados al polideportivo municipal, donde quedó instalada una improvisada morgue, hasta donde llegaron numerosos familiares de los fallecidos, que fueron atendidos por un grupo de psicólogos enviados a la zona por la Cruz Roja y la Generalitat. A La Todolella también acudieron alcaldes y autoridades de la Comunidad Valenciana, como su presidente Francisco Camps, además del ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, que fue al pueblo de Morella, de donde procedían la mayor parte de las víctimas.