OPINIÓN
La campaña y sus partícipes
ESTA CAMPAÑA del referéndum de la Constitución tiene algo o mucho de singular e irrepetible: los dos grandes competidores de siempre aconsejan lo mismo, los europeístas de toda la vida animan a votar «pero no demasiado», y hasta los obispos han querido estar presentes en el debate previo sobre cómo participar o no hacerlo. De entrada, hay notables recelos entre los socialistas: observan que, efectivamente, el PP pide el voto favorable, pero no antes de advertir que ellos, el PP, hubiera preferido el Tratado de Niza, el de Aznar, porque es sustancialmente más favorable a España a la hora del reparto de poder comunitario. Rajoy tiene, en este punto, ocasión para hacer oposición a Zapatero señalando que fue un pésimo negociador y que cedió hasta lo inadmisible a alemanes y franceses. Directa o subliminalmente, se trata de desautorizar al jefe del gobierno con la pretensión de votar lo mismo. Algo parecido cabe decir de los obispos. Hacen un excelente análisis del texto que se somete a votación, dentro de la consideración global de que nada humano les debe resultar ajeno. Ni el condón ni la solidaridad europea. Pero a la hora de llegar a conclusiones, sus reverencias los obispos de la Conferencia llegan a la suprema norma: actúa en conciencia. Eso sí, con anterioridad, observan que el Tratado constitucional tiene aspectos positivos, unos cuantos, y aspectos negativos no menos evidentes, y entre ellos, que no quedara satisfecho el deseo insistente y frustrado del Papa de que la Iglesia Católica o el cristianismo, quedaran mencionados como gran fuente y venero de la civilización occidental y europea. Con la palabra dicha por los obispos, y en principio, cualquier católico podría hacer lo que le venga en gana. Todas las opciones son legítimas, pero advierten, posiblemente, que la que se va a votar y verosímilmente es una Constitución excesivamente laica para sus gustos. Luego, están los «noes» de IU, ERC o el BNG. En modo alguno están contra la Europa Unida, de la que siempre fueron fervientes partidarios por lo que tenía de democracia y libertad contra cualquier dictadura. Pero les falta una referencia más concreta a valores de izquierda, o a la Europa de los pueblos y a la singularidad de los grupos étnicos más pequeños. Dicho de otro modo, cada cual tiene su «pero», su «sin embargo». Lo que hace mucho más incierto el resultado final del escrutinio del día 20...