La juez antiterrorista de París ordenó interrogarlos y después fueron dejados en libertad
Detenidos dos monjes benedictinos como presuntos «correos» de ETA
Sus nombres aparecieron en un manuscrito atribuido a Antza requisado en su casa
Dos monjes benedictinos, uno del convento de Lazkao (Guipúzcoa) y otro de la abadía de Notre Dame de Belloc, en Urt (suroeste del País Vasco francés), fueron detenidos para interrogatorio ayer por orden de la juez antiterrorista de París Laurence le Vert, que investiga si ambos religiosos colaboran con ETA o, al menos, trabajaron como «correos» o enlaces del anterior jefe máximo de la banda terrorista, Mikel Albizu, Mikel Antza , arrestado el pasado 3 de octubre. Concluida la toma de declaración, ambos religiosos quedaron en libertad a la espera de nuevas decisiones de la juez parisina. Dos agentes de la Guardia Civil acudieron al convento de Lazkao, donde, en cumplimiento de una comisión rogatoria de la juez francesa, detuvieron al padre Juan José Aguirre Beguiristain, fundador y encargado del archivo de documentos sobre la historia reciente del País Vasco del monasterio, que guarda escritos de partidos políticos, sindicatos, organizaciones de todo tipo e incluso de la banda terrorista ETA. Una vez comprobada la presencia del padre Aguirre, le comunicaron su detención a efectos de interrogatorio e informaron de ello a sus mandos, que enviaron al convento a otra docena de agentes para registrar tanto su aposento como algunas de las dependencias del edificio que utiliza de manera habitual, en particular la biblioteca. Minutos después, un equipo de la Policía Judicial francesa llegó a la abadía benedictina de Notre Dame de Belloc, en Urt, cerca de Asparren. Allí detuvo al padre Marcel Etxandi e interrogó a otros seis monjes. Los agentes franceses también registraron la habitación del religioso. Según informaron fuentes de la Guardia Civil, la operación es consecuencia de la localización de un pequeño escondrijo para documentos bajo la escalera de la casa de Sallies de Bearn donde residían Antza y su compañera sentimental Soledad Iparraguirre, Anboto, junto a otro matrimonio y sus respectivos hijos. En ese reducido zulo, los investigadores franceses encontraron una nota manuscrita atribuida al propio Mikel Antza y dirigida al padre Etxandi, al que se le avisa de la inminente llegada del padre Aguirre al monasterio de Belloch para recoger un paquete. Tras cuatro horas de interrogatorio y registro, los agentes de la guardia civil abandonaron el monasterio. No se llevaron nada confiscado y el padre Aguirre quedó en libertad, pero a disposición de la Audiencia Nacional, que remitirá a la juez parisina el contenido de su declaración. Será la magistrado Le Vert quien, en el futuro, decidirá si estima necesarias algunas medidas contra el religioso. Concluida la diligencia, el monje atendió a los medios de comunicación, a los que aseguró que «jamás» tuvo relación con ETA, aunque reconoció que su archivo incluye numerosos documentos de la banda terrorista, de cuyo origen y motivo de conservación y custodia dio cumplido detalle a los agentes que le interrogaron. El monje Marcel Etxandi tiene 70 años, es navarro y ha escrito numerosos libros, tanto en euskera como en lengua francesa. Fuentes de la investigación aseguraron que, al igual que en el caso español, el religioso quedó en libertad una vez concluidas las diligencias. José Luis Rodríguez Zapatero y Josep Lluis Carod-Rovira se reunieron en secreto el pasado 22 de enero en el palacio de La Moncloa para hablar sobre la situación política en el País Vasco. El Gobierno sostiene por activa y pasiva que ambos conversaron sobre el plan Ibarretxe, mientras que la formación republicana afirma que la charla fue monográfica en torno a ETA, aunque a última hora matizó su versión. Coincidieron en que el encuentro se produjo, con lo que el jefe del Ejecutivo mantuvo su segunda charla secreta en una semana con Euskadi como telón de fondo: el martes 18 con el presidente del PNV, Josu Jon Imaz, y cuatro días después con el líder de Esquerra. La vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, confirmó que Rodríguez Zapatero y Carod-Rovira se vieron, pero se negó en todo momento a hablar de una reunión secreta, aunque en esta ocasión no empleó el eufemismo de discreta, calificativo que aplicó en su día el propio presidente del Gobierno a su conversación con Imaz. La número dos del Gobierno indicó tras la reunión del Consejo de Ministros que el eje de la entrevista fue «básicamente» el plan Ibarretxe que se debatió y rechazó nueve días después en el Congreso. Una versión desmentida de inmediato desde las filas de Esquerra Republicana, cuyo portavoz adjunto en el Congreso, Joan Tardá, indicó que la reunión se centró «solamente en temas relacionados con el mundo de ETA». El diputado republicano apuntó que el encuentro obedeció a que «el Ejecutivo busca toda aquella información que puede ser de interés» sobre la organización terrorista ante la eventualidad de una nueva tregua u otro movimiento táctico. Carod-Rovira, después de insistentes peticiones desde el PSOE, emitió un comunicado que moduló un poco las palabras de Tardá. Señaló que su reunión conZapatero no versó sobre «la estrategia a seguir a propósito de la violencia y ETA» sino que fue para «analizar el nuevo panorama político que se abría después del cambio producido en Catalunya y en el Estado, donde ERC ha tenido un papel esencial, y situarlo en la perspectiva nacional e internacional».