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Borrell: «La Constitución tiene dos enemigos, la ignorancia y la mala fe»

El presidente del Parlamento europeo apoya la creación de una identidad política en todo el continente

Publicado por
Miguel Ángel ZamoraA. Caballero - león
León

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El presidente del Parlamento Europeo, Josep Borrell, advirtió ayer que los peores enemigos de la nueva Constitución europea son «la ignorancia y la mala fe», conminó a los españoles a cooperar en la consecución del logro de que Europa sea «una identidad política», recalcó la importancia de que los dos principales partidos españoles estén de acuerdo «que será por algo» y apeló a la responsabilidad de los ciudadanos a la hora de votar a favor de la carta «porque si votamos en contra, quedaremos en una situación delicada, que nos hará plantearnos si seguimos en la Unión Europea». Borrell reunió a más de 300 personas en el instituto Juan del Enzina en un acto informativo encuadrado en la campaña socialista a favor del voto afirmativo en el referéndum del próximo domingo en torno a la Constitución europea, en el que le acompañaron el presidente de la delegación socialista francesa en el Parlamento europeo, Bernard Poignant, el secretario territorial del partido, Ángel Villalba y el secretario provincial, Miguel Martínez. Europa «es un sujeto político clave. El 50% de las carreteras y el 25% de las rentas agrícolas de los últimos años, han llegado desde Bruselas. La pesetas se habría devaluado al menos dos veces si no hubiésemos entrado en la Comunidad Europea, pero el euro ha sido nuestro gran escudo protector» recalcó. El ex ministro de Fomento subrayó que España no tiene «vocación de pobre» porque desde su punto de vista, las ayudas «son para dejar de necesitarlas». En torno a la consulta del domingo, fue tajante: «Hay que preguntarse si queremos que Europa siga siendo una comunidad de buenos vecinos o algo más, y quienes piensen que el mundo necesita otras potencias económicas aparte de Estados Unidos y China, deben votar por el sí». La inmigración, desde el prisma de Borrell es «una consecuencia del envejecimiento de Europa, que plantea problemas sociales y culturales que debemos arreglar». No obstante, la Constitución europea no será «una varita mágica, pero nos ayudará. Se equivocan dramáticamente quienes no quieren este nuevo tratado. Aferrarse al de Niza es inútil, porque para una Europa de 28 paises, se ha quedado ya obsoleto» sentenció.