Persiste la «situación crítica» ya que el rascacielos Windsor aún puede derrumbarse
El fuego obliga a paralizar el corazón financiero de Madrid
«Las cosas se están haciendo bien. Se han volcado en una situación difícil que se está controlando con acierto» JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ ZAPATERO Presidente del Gobierno El espectacular incendio que destruyó ayer el edificio Windsor de Madrid ha obligado a cerrar, al menos hasta el miércoles, oficinas y comercios de uno de los más importantes centros de negocios de la capital. Entre ellos El Corte Inglés y las sedes de empresas como Grupo Santander, Sacyr Vallehermoso, Seguros La Estrella y el Banco Guipuzcoano. Tres líneas de metro (6, 8 y 10) que pasan por la estación neurálgica de Nuevos Ministerios y el servicio de cercanías de Renfe, entre Atocha y Chamartín, han sido cortados, así como la circulación en importantes vías céntricas, entre ellos el entramado de túneles de Azca. Se calcula que 600.000 ciuda-danos se verán afectados. El fuego se controló prácticamente 18 horas después de que los bomberos recibieran una llamada advirtiéndoles de que se había declarado un incendio en el edificio de 32 plantas, valorado por las aseguradoras en 84,2 millones de euros, y situado junto al Paseo de la Castellana y enfrente del estadio Santiago Bernabéu. Esqueleto de hormigón Pese a ello, el alcalde Alberto Ruiz Gallardón siguió considerando la situación como «crítica», debido a que persistía el peligro de que el octavo rascacielos más alto de Madrid, con 106 metros de altura, se desplomara causando daños imprevisibles. El esqueleto de hormigón, totalmente ennegrecido por las llamas, resistió la virulencia del fuego, que consumió poco a poco la fachada de aluminio y cristal. Sin embargo, los técnicos consideraban ayer que el edificio estaba en una «situación inestable» tras soportar temperaturas de hasta 1.000 grados en su interior. Las causas del siniestro continúan sin conocerse, aunque en un primer momento Ruiz Gallardón avanzó que lo más probable es que se tratara de un cortocircuito. Sin embargo, en una comparecencia posterior habló de que estaban siendo «objeto de investigación» y añadió que el incendio se pudo orginar por «causas fortuitas o técnicas», pero no descartó que se debiera a «negligencias». Fuentes de la investigación no rechazan ninguna hipótesis, incluso que se tratara de un fuego intencionado. El fuego comenzó en la planta 21, según el relato de Gallardón, que calificó el incendio como «el más importante en superficie» de la historia madrileña. A las 23.11 el sábado los bomberos recibieron una llamada de alerta y sólo cuatro minutos después ya se encontraba en el Windsor una dotación del cuerpo. A esa hora no había ninguna persona en el edificio. Los bomberos pusieron en marcha una estrategia ofensiva, para in-tentar contener el fuego desde dentro. Tres bomberos quedaron atrapados en la planta 21, uno de ellos incluso perdió la conciencia, y tuvieron que ser rescatados. El momento más dramático de la larga madrugada del domingo se vivió a las 3.35, cuando el fuego llegó a la planta 17 y se desplomaron las fachadas de los pisos superiores a ella. Existen versiones contradictorias sobre si las alarmas funcionaron correctamente o no. Florentino Reyzábal, propietario del Windsor, dijo que sí lo hicieron con normalidad. Genaro Alas, uno de los arquitectos que diseñó el Windsor, calificó de «inconcebible» que no saltaran las alarmas.