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El punto de mira de ETA se vuelve a fijar en la monarquía

Sertucha ya recibió en 1995 el encargo de matar al Rey

Publicado por
Xurxo Fernández - redacción
León

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Del coche bomba o el tiro en la nuca al disparo de precisión a larga distancia, en funcion del objetivo. El rifle Thompson de potente mira telescópica que la Guardia Civil incautó en el registro de la vivienda de Javier Pérez Aldunate -detenido el pasa-do viernes en Basauri- iba a servir para acabar con la vida del Rey, pero no llegó a tiempo de ser usado. Datos de la investigación re-velan que ETA planeó atentar contra el monarca poco después del 11-M. El lugar elegido, según recogió ayer el diario El Mundo, sería Palma de Ma-llorca, donde Aldunate y don Juan Carlos habrían coincidido, al menos, entre el 9 y el 11 de abril del pasado año -el Rey acudió entonces a la isla a presenciar las eliminatorias de la Copa Davis de tenis que se celebraron en la plaza de toros balear-. Ni la víctima, ni el lugar ni el método elegidos suponen una novedad en la trayectoria de la banda. Ya en 1995 tres etarras se desplazaron a Palma para acabar con la vida del monarca. En aquella ocasión, la policía logró desbaratar los planes terroristas y detuvo a Juan José Rego y su hijo Ignacio y a Jorge García Sertucha -este último, entrenado en el uso de armas de precisión al igual que Aldunate, era el encargado de efectuar los disparos-. Sin embargo, durante el juicio, celebrado en 1997, se supo que no sólo la eficacia policial había frustrado el magnicidio. Sertucha tuvo tres veces al Rey en el punto de mira, pero la falta de un plan de fuga le hizo desistir. Cuando la estrategia de huida estuvo al fin preparada -incluía un traslado en moto y otro en barco, hasta Francia- fue tarde y ya tenían a la policía encima. Juan José Rego y Jorge García Sertucha fueron condenados a 37 años de prisión, Ignacio Rego a 35. La suerte se alió entonces con el Rey, al igual que en abril del 2004. En ésta ocasión fue la demora en la llegada del correo con el arma necesaria lo que evitó el atentado que la banda había concebido como golpe de efecto frente a la grave crisis por la que atraviesa. Tras el fracaso, cambiaron los objetivos. Los papeles requisados el pasado viernes en Basauri apuntan a que la banda pretendía atentar ahora contra un político o un policía vasco. Aún así de confirmarse que hubo intención de matar a don Juan Carlos, sería la tercera vez que el monarca figuró en la lista negra de la banda. También en 1974, cuando aún era príncipe, ETA planeo su secuestro, frustrado por el testimonio de un arrepentido.