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| Análisis | Democracia cibernética |

Ponferrada vota en la red

La capital berciana ha sido la única localidad de la provincia donde el Ministerio del Interior ha experimentado el voto a través de Internet en un ensayo sin validez electoral cuyos resultados también se co

Ponferrada habilitó ordenadores para ensayar el voto por correo electrónico

Ponferrada

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El referéndum de hoy no sólo servirá para que los ciudadanos se pronuncien sobre la Constitución Europea. También pondrá a prueba el voto por Internet. Se trata de experimento sin validez electoral y que tiene en Ponferrada a la única localidad de la provincia incluida en un ensayo que debe servir para que el Ministerio del Interior calibre la seguridad que ofrece la red en un asunto tan trascendente como el voto. Si Internet ya despierta recelos a la hora de comprar artículos o difundir determinados contenidos, la votación electrónica que se ha venido desarrollando hasta el pasado viernes en medio centenar de ciudades de todo el país, permitirá a los expertos formarse una opinión sobre la posibilidad de usar el correo electrónico en unas elecciones sin riesgo de que se produzcan manipulaciones de los resultados. El objetivo es meter la democracia en el salón de casa, pero sin la peligrosa compañía de los piratas informáticos. Los bercianos mayores de edad y censados en Ponferrada que han hecho uso del nuevo sistema estos días han tenido que acercarse hasta el Ayuntamiento para registrarse y recibir un código personal con el que votar desde las propias dependencias municipales o desde cualquier ordenador conectado a la red. La votación se cerró el pasado viernes y sus conclusiones se harán públicas hoy, a la vez que los resultados oficiales del referéndum. No se espera una gran participación de usuarios de Internet, en vista de que el pasado fin de semana, apenas un centenar de cibernautas había participado en el experimento, y sólo una cuarta parte de ellos desde un ordenador distinto de los habilitados en las dependencias municipales. La votación por Internet ha despertado, eso sí, la curiosidad de sufragistas de todo tipo que no quieren perder el tren de las nuevas tecnologías, aunque les cueste vencer la desconfianza que les producen; la primera persona que acudió al Ayuntamiento a interesarse por el nuevo sistema fue un anciano de ochenta años de edad. No votó.