Los propietarios piden que se investigue «a fondo» y rechazan cualquier responsabilidad
El dueño del Windsor niega que las personas del vídeo sean empleados
Los bomberos insinúan que las imágenes son un reflejo de personas que estaban fuera
La investigación judicial sobre el incendio del rascacielos madrileño Windsor se complica a medida que las partes implicadas comienzan a hacer pública su posición sobre lo ocurrido. La empresa propietaria del edificio, Asón, desmintió ayer «con toda seguridad» que las personas que aparecen en el interior del edificio en pleno incendio en el vídeo grabado por un aficionado fueran trabajadores de su firma. Asón no se limitá a desmentir su responsabilidad en el asunto, sino que contraataca exigiendo a la justicia que aclare quienes son las personas que violaron la orden de desalojar el edificio cuando el fuego se declaró inextinguible. Asón pidió que se investigue «a fondo y se busque al responsable de este horrible siniestro». El enigma sobre quiénes eran esas personas se complica debido a que también los bomberos y la consultora Deloitte descartaron completamente que los que aparecen en el vídeo fueran empleados suyos. Los bomberos cuestionan incluso la veracidad de las imágenes. Temperatura de 300 grados El delegado de Comisiones Obreras de Bomberos del Ayuntamiento, Marcelino Sierra, afirmó que «es extremadamente raro» que hubiera personas en el interior del edificio a esa hora. Explicó que las dos siluetas que aparecen estarían próximas al foco del fuego y necesitarían «como mínimo» un equipo de respiración para poder permanecer en ese lugar. En la planta en la que aparecen podría haber una temperatura de entre 300 y 400 grados, «casi imposible» de soportar, explicó. ¿Están dentro? Sierra especuló que la cámara ha podido reflejar sobre el cristal las imágenes de alguno de los bomberos que se encontraban en las azoteas de los edificios aledaños controlando el curso del fuego. Lo que el vídeo muestra, señaló después de haber visto varias veces las imágenes, «son unas siluetas proyectadas sobre las ventanas, pero ¿están dentro?», se preguntó Sierra. Sin embargo, la empresa Asón indicó que «lo más lógico y creíble es que esas personas entrasen en el edificio después de que los bomberos y el personal de seguridad y mantenimiento del Windsor abandonasen el rascacielos», según indicó ayer a Europa Press un portavoz de la inmobiliaria. Asón aseguró que los empleados que acuden al edificio los fines de semana «tienen que pasar por el torno una tarjeta electrónica y pedir la llave de la planta en la que está su puesto de trabajo» por lo que cualquier entrada o salida habría quedado «perfectamente registradas». Los propietarios del Windsor recuerdan además que el edificio había pasado satisfactoriamente el pasado 5 de enero la revisión de sus sistemas de seguridad. Asón negó también categóricamente que el origen del fuego fuera un cortocircuito. En previsión de posibles litigios, la empresa ha contratado a un perito especializado en incen-dios para que colabore en el esclarecimiento de lo sucedido