Los marineros se impacientan por la tardanza en el rescate

A las seis de la madrugada de anteayer saltó por primera vez la radiobaliza del Siempre Casina. Una vez que fue localizado el barco, el hecho de que flotase entre aguas hizo albergar esperanzas a los familiares y a las gentes del mar en general. Si flotaba era porque tenía una burbuja de aire en su interior y, por tanto, cabía la posibilidad de que los tripulantes desaparecidos hubiesen sobrevivido. A medida que pasaron las horas, la esperanza inicial fue tornándose en angustia, en desesperación. Ayer por la mañana, en el puerto de Burela, los marineros de otras embarcaciones de la zona no ocultaban su malestar por lo que consideran un retraso en las labores de rescate. A su juicio, el barco pudo haber sido remolcado a un lugar de menos profundidad y más refugiado ya el primer día, con lo cual se habrían disipado las dudas mucho antes.