Los buzos entran hoy en el barco en busca de siete de los náufragos

La mejoría del tiempo ha permitido agilizar los trabajos más de lo que se esperaba. El pesquero que anteayer de madrugada naufragó a unas 21 millas al norte de Ribadeo estaba siendo remolcado anoche hacia la ría de Viveiro, a unas 30 millas del lugar de la tragedia. Busca un lugar de escaso calado y protegido, para facilitar el trabajo de los buzos, que hoy pretenden entrar en el interior del Siempre Casina para tratar de localizar los cuerpos de siete de los ocho náufragos que continúan desaparecidos. Embarcaciones de salvamento, pesqueros y aeronaves continuaron buscando ayer al octavo, el armador del volantero de Burela y padre del único superviviente. El remolcado del barco semi-hundido es una operación de «alto riesgo», en palabras de la ministra de Pesca, porque el peligro de que pueda acabar en el fondo del mar es constante. Y éso es precisamente lo que intenta evitar la Sociedad Es-tatal de Salvamento Marítimo, coordinadora del operativo de rescate. De ahí que, aunque la intención sea buscar refugio en la ría de Viveiro, «la más adecuada que hay en la zona», el destino final dependerá de las condiciones meteorológicas y de cómo discurra la travesía. Avance lento A última hora de ayer, el Alonso de Chaves navegaba con el Siempre Casina por la popa, con estachas amarradas a la única parte del pesquero que sobresale del mar, unos tres metros de la proa. Escoltados por la Salvamar Sargadelos, avanzaban lentos, pero lo más seguros posible, a una velocidad de 1,2 nudos. Si el tiempo no empeora y no se producen otros imprevistos, a las once de esta mañana podrían estar en el punto inicialmente elegido. Una zona con menos de 50 metros de calado y de fondo arenoso. Los técnicos de Salvamento Marítimo la consideran la mejor opción porque permitirá a los buzos inspeccionar con más seguridad el interior del pesquero. Será una operación laboriosa, que estará precedida de otra más lenta. La preparación de los equipos semiautónomos de los buzos, que no usarán bombonas, sino que recibirán oxígeno a través de tubos conectados al barco. Se adentrarán en el interior del barco de uno en uno. De no haber complicaciones, en pocas horas podrá saberse cuántos hombres siguen a bordo del Siempre Casina y en que lugares están. Aunque se presume que los siete tripulantes podrían hallarse en el camarote, dado que dormían cuando ocurrió el siniestro, puede que no sea así e incluso que no todos estén a bordo. Ya en la ría, los buzos podrían trabajar incluso de noche, aseguran técnicos de Salvamento Marítimo.Cortar redes Cortar redes Anteayer, la llegada de la noche obligó a suspender la búsqueda de los desaparecidos y los preparativos del barco para entrar en su interior. A las ocho de la mañana de ayer, con vientos de fuerza 3 y 4 y olas de unos 2 metros, buzos y remolcadores reanudaron los trabajos en la zona del naufragio. Su primer objetivo fue cortar las redes que rodeaban al Siempre Casina y lo anclaban al fondo, a unos 150 metros. A las once de la mañana liberaron al barco y, automáticamente, la proa sobresalió un metro más. A continuación, los buzos reforzaron con flotadores metálicos las boyas plásticas que estabilizaban el pesquero y, así, ganaron flotabilidad. Descartada la opción de reflotarlo porque el primer objetivo es localizar a los desaparecidos,después lograron rodear con una estacha todo el perímetro de la embarcación, de popa a proa, para asegurar el remolque. Con inicio previsto para las tres de la tarde, comenzó antes, a las 14,30 horas. Por la mañana, los buzos también pudieron comprobar que el cuerpo del armador desaparecido no estaba enganchado en las redes que colgaban del barco.