Ya hay casi tantos peones de obras y de jardinería como bomberos y policías municipales

La plantilla del Ayuntamiento abarca un total de 31 servicios, a mayores del de «varios», que suman una nómina de 1963 trabajadores y funcionarios. El más numeroso es el de la burocracia, con 380 empleados en las oficinas municipales, donde el ciudadano de a pie identifica el grueso del papeleo cuando tiene que resolver algún problema. El segundo colectivo es el de la Policía Municipal, con 239 agentes, todos perfectamente identificables cuando ponen una multa. El tercero deberían ser los bomberos, con 144 efectivos, cuando hace falta pedir auxilio para un fuego o una emergencia, pero les supera con diferencia tanto el servicio de jardines (195 jardineros) y queda muy cerca el de los peones de obras (117), cuya operatividad no merece mayores comentarios, entre otras cosas porque está a la vista en la mayor parte de las barriadas entre baches y eriales, cuando más lejos del centro de la ciudad mejor. En la nómina municipal caben también, aparte del servicio de aguas de toda la vida o las guarderías escolares, escuelas de música, deportivas, de medio ambiente, de gimnasia para adultos, de artes plásticas, un plan municipal contra drogas (14 empleados) y otro de ocio nocturno (11 contratados), etcétera. Servicios tradicionales que pasan desapercibidos, pero no dejan de ser cotidianos, como los de atención a los mercados de abastos o de ganados apenas suman una veintena de empleados, lo mismo que el del alumbrado público. Al margen de la distribución de personal por necesidades ciudadanas el actual equipo municipal de gobierno pretende consolidarlas todas y acabar con largas polémicas sobre la infravaloración o sobrevaloración de unas u otras: el problema es que el presupuesto municipal no da para más y, en el mejor de los casos, a partir de ahora ya no van a caber más alegrías.