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| Informe | De la sanidad a los servicios sociales |

La lucha contra las secuelas

El Hospital de León participa en un programa nacional de seguimiento de prematuros que pesan menos de kilo y medio al nacer y ha incorporado 63 casos en dos años

Con una mano sujetando la vía del oxígeno y con otra el biberón

León

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El Hospital de León forma parte del estudio multicéntrico SEN-1500 que realiza desde el año 2002 la Sociedad Española de Neonatología para conocer la evolución de los niños y niñas prematuros que pesan menos de kilo y medio al nacer para conocer su evolución durante los primeros dos años de vida. Hasta diciembre del 2004, la unidad de Neonatología ha aportado a este estudio un total de 63 casos, de los que 17 ya han cumplido los dos años. Según el doctor Emilio Álvaro, tres de los niños padecen secuelas motóricas y dos de ellos, además, de tipo neurológico. El estudio multicéntrico tiene por objetivos conocer y contrastar la calidad de la asistencia neonatal en los recién nacidos de muy bajo peso, los factores socioeconómicos en el grupo más vulnerable de la población neonatal y promover la investigación epidemiológica perinatal. Asimismo, según la SEN, este estudio permitirá facilitar e impulsar la realización de ensayos clínicos y ayudar a la unidades neonatales a identificar problemas para mejorar su práctica asistencial. La inmadurez pulmonar y la migración neuronal son las principales carencias que los neonatólogos tienen que cuidar en los recién nacidos prematuros para evitar secuelas. La nutrición y los aportes de riego son la base de este trabajo. En la actualidad la proporción de prematuros por recién nacidos se sitúa entre el 8-10%, unas cifras sensiblemente superiores a hace varios años, entre otras circunstancias por el aumento de la edad media de las primíparas. Los prematuros extremos, con menos de kilo y medio de peso y 27 semanas de gestación en el momento de su nacimiento, suponen aproximadamente el 10% del total de niños y niñas que llegan al mundo antes de su madurez gestacional. «La placenta es insustituible» -asegura Emilio Álvaro- pero en las unidades de prematuros han evolucionado a una velocidad vertiginosa en el cuidado de estos recién nacidos con el fin primordial no sólo de salvar su vida porque. «para nosotros tan fracaso es la mortalidad como las secuelas severas», reconoce el pediatra. La nutrición, que se realiza por vía parenteral, «es fundamental para este desarrollo». Hasta hace dos años, la ingesta de grasas en prematuros se retrasaba hasta los siete días de vida; pero en el 2003 se implantó la «alimentación agresiva», empezar inmediatamente con determinados tipos de grasas para «favorecer el desarrollo cerebral y evitar la hipoglucemia», explica. El pediatra insiste en que «a un prematuro hay que intentar llevarle rápidamente a la situación que tendría dentro de la madre»: lo que no aguanta «es el ayuno». Otra de las claves del buen desarrollo es la mínima manipulación del bebé cuando está en la incubadora, aunque para las madres, reconoce, es desgarrador. Inflamación del corion El desarrollo cerebral, precisa, a veces «está condicionado por situaciones previas al parto». En este sentido, el Hospital de León también participa desde el 1 de enero en un estudio multicéntrico de 28 centros sobre corioamnionitis, una infección de la membrana que envuelve al feto. «Suponemos que el 96% de los partos prematuros están provocados por mediadores de esta inflamación -interleuquinas- que provocan contracciones uterinas». Este trabajo, que prolongará la recogida de datos durante dos años, es complementario del SEN-1.500.

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