Piqué exige un adelanto electoral y un pleno urgente sobre el 3%
El presidente del PP catalán, Josep Piqué, pidió ayer por la tarde al presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, que «dé por acabada esta legislatura porque no da más de sí» y que pida un pleno parlamentario «extraordinario y urgente» para que «explique al pueblo de Cataluña qué quería decir cuando hablaba del tres por ciento» de comisión por adjudicación de obra pública durante los años de gobierno de CiU. Días después de pedir la dimisión de Pasqual Maragall, consideró ayer necesaria una renovación, aunque matizó: «no creo que esta regeneración democrática pueda venir de la mano de CiU que ha gobernado durante 23 años y ha dejado al país como lo ha dejado». «Que no pida nuestro apoyo», advirtió, y volvió a acusar al líder de CiU, Artur Mas, de «chantaje político» por advertir a Maragall de que su acusación pone en peligro el consenso en esta legislatura. Piqué se mostró «consciente» de que Maragall no haga caso a la petición de dimisión que le plantea el PP, pero a la vez expresó su «sorpresa» por que CiU no haya pedido la dimisión de Maragall pese a que «les ha acusado de corrupción». «Todos saben qué quiso decir», señaló. Por ello, criticó el «cinismo» del primer secretario del PSC, José Montilla, por afirmar ayer mismo que Maragall no formuló una acusación: «Que no nos tome por tontos», dijo Piqué. El líder del PP catalán aseguró que «en las actuales circunstancias políticas no es posible» sacar adelante los grandes retos actuales (Estatut, financiación, ley electoral y organización territorial), con los cuales «se ha intentado justificar» la legislatura, que por lo demás se caracteriza por la «inacción» y «falta de cohesión» del gobierno. Josep Piqué cree que el único precedente de la actual situación es la querella por el caso Banca Catalana, en que se vio involucrado el entonces presidente, Jordi Pujol. Ante ello, sentenció que la sociedad no quiere «cambalaches» -reiteró su «temor» a que PSC y CiU pacten «para tapar sus vergüenzas»- ni «nuevas reuniones para reproducir nuevos consensos» -en alusión a una segunda cumbre sobre el Estatut-.