Muchos aplausos y algún abucheo

José Luis Rodríguez Zapatero ha sido el primer jefe de gobierno español que se somete al examen de los parlamentarios franceses. No ha sido el primero sino el cuarto en intervenir ante la Asamblea Nacional, pero ninguno de sus predecesores se había atrevido a responder directamente a las preguntas de los diputados en una auténtica sesión de control. Y no faltaron las expresiones de apoyo o censura apasionadas como las que suelen vivirse en la Carrera de San Jerónimo. Fueron más, eso sí, los aplausos sumados por la derecha en el Gobierno y buena parte de los bancos socialistas, aunque de los escaños de sus correligionarios favorables a las tesis de Laurent Fabius, defensor del no a la constitución europea, salieron algunos abucheos, que subieron el volumen de los proferidos desde las filas comunistas. La intervención más apasionada la protagonizó precisamente el comunista Jacques Brunes, que echó en cara a Zapatero que «la constitución agrava la política neoliberal». La respuesta del jefe del Gobierno español fue que prefiere «el modelo social europeo al americano». Las flores le llegaron del partido de Chirac. Para el diputado Pierre Lequillier la cooperación franco-es-pañola en la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado es «un ejemplo a seguir». El socialista Jean-Marc Ayreault le subió la moral proclamando a España como «actor principal de Europa».