El Gobierno de Zapatero afirma que la crisis política catalana no le «incumbe»

El Gobierno eludió ayer una vez más pronunciarse sobre la crisis política ocasionada en Cataluña por las acusaciones del socialista Pasqual Maragall a CiU por el supuesto cobro de comisiones. La vicepresi-denta primera del Gobierno ,María Teresa Fernández de la Vega, tampoco se refirió a la moción de censura contra Maragall presentada por el PP o la querella interpuesta por CiU y aseguró que son cuestiones que «incumben» a los parlamentos autonómicos, por lo que el Gobierno no va a emitir ninguna opinión. De la Vega evitó valorar si la crisis puede afectar al desarrollo del estatuto catalán pero, en refe-rencia a las declaraciones de Maragall sobre un «repliegue» del Gobierno en materia auto-nómica, señaló que el Ejecuti-vo ha mantenido siempre su posición de que las reformas estatutarias se inicien en las comunidades, promuevan el consenso y respeten el límite de la Constitución. Por su parte, el secretario de Relaciones Institucionales y Política Autonómica del PSOE, Alfonso Perales, criticó el «oportunismo político» del presidente del PP catalán, Josep Piqué, por presentar una moción de censura. Perales afirmó que la moción es un «efecto colateral» del conflicto desatado entre CiU y el PSC por la «desgracia» del Carmel. El dirigente socialista atacó a Piqué, al que tachó de «espontáneo» por irrumpir en esa crisis cuando «no era actor principal». Precisó que el dirigente popular cometió un error por dos motivos: primero, porque su partido representa a «una minoría» en Cataluña y, segundo, porque «él no estaba concernido directamente».