Maragall no rectifica y desafía a CiU por presentarle una querella

Maragall tuvo ayer palabras muy duras contra el líder de CiU, Artur Mas, quien hizo efectivas sus amenazas de presentar contra él una querella por injurias y calumnias ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC). El presidente de la Generalitat subrayó que la iniciativa de la coalición nacio-nalista es «un hecho gravísimo» y «sin precedentes». Maragall, que leyó una decla-ración institucional en el Palau de la Generalitat, no hizo amago alguno de rectificación de sus insinuaciones de corrupción contra los anteriores gobiernos de Jordi Pujol, por más que CiU había anticipado su propósito de retirar la querella si el mandatario catalán se retractaba de sus acusaciones. El president ni siquiera aludió al fondo de la polémica y sólo enfatizó que «ni mis palabras» contra CiU por presunto cobro de comisiones en la adjudicación de obras públicas, «ni el incidente parlamentario en su conjunto», en el pleno extraordinario del Parlamento catalán que debatió la crisis del barrio del Carmel, «merecían una iniciativa de este carácter y magnitud». Hablar con amenazas Maragall aseguró que seguirá ejerciendo la presidencia de la Generalitat «con firmeza» y «decisión», y advirtió: «No considero en absoluto aceptable que el presidente de la Generalitat tenga que hablar bajo la amenaza de una querella». La demanda, presentada ante la sala civil y penal del TSJC, va dirigida contra el president , el portavoz del Gobierno catalán, Joaquim Nadal, y el diputado autonómico de ERC Francesc Vendrell. Maragall utilizó un tono mucho más comedido para referirse a la moción de censura presentada contra él en la Cámara autonómica por el presidente del Partido Popular de Cataluña (PPC), Josep Piqué, y dijo que se enmarca dentro de «la normalidad democrática». En las filas de CiU, el secretario general, el democristiano Josep Antoni Duran i Lleida, aseguró que le «duele en el alma tener que presentar una querella criminal» contra Maragall, pero consideró que «el Gobierno no nos deja» otra salida. En la misma línea que Artur Mas, Duran i Lleida destacó que la celebración de un pleno extraordinario sería «darle una oportunidad más a Maragall de rectificar sus palabras». Sobre la moción de censura de los populares, opinó que «sólo busca conseguir protagonismo político». A su juicio, «la actitud agresiva» del PPC responde a «una estrategia marcada desde Madrid» para «hacer oposición al PSOE». En el polo opuesto se situaron dirigentes como la socialista Manuela de Madre y el portavoz de ERC en la Cámara catalana, Joan Ridao, quienes pidieron «a alguien con autoridad en CiU que retire una querella de extrema gravedad». Previamente, el presidente del Partido Popular de Cataluña, Josep Piqué, acompañado por los diputados Daniel Sirera y Francesc Vendrell, presentaba en el Parlamento autonómico la moción de censura contra Maragall, una moción que el propio Piqué reconocía que es «casi imposible» que prosperase, pero destacó que el objetivo del PPC es «forzar un debate en la Cámara» sobre la crisis política catalana. Piqué puso en duda «la voluntad política» de Maragall de debatir el problema de la co-rrupción en los partidos y afir-mó que «esta falta de voluntad política responde a la intención de CiU y PSC de pasar página en este asunto», porque «ambos partidos se han repartido el poder durante 25 años». «La iniciativa de Convergencia es un hecho gravísimo y sin precedentes» «No considero en absoluto aceptable que el presidente de la Generalitat tenga que hablar bajo la amenaza de una querella» «La moción de censura presentada por el Partido Popular se enmarca dentro de la normalidad democrática» «Ni mis palabras ni el incidente parlamentario en su conjunto merecían una iniciativa de este carácter y magnitud» PASQUAL MARAGAL Presidente de la Generalitat