La mitad de las denuncias se repiten año tras año en las asociaciones de consumo
Más de la quinta parte de las denuncias que tramita la asociación de consumidores Lancia se refieren a quejas vecinales por ruidos (21.2%), otro 18,8% por deficiencias en limpieza de calles y un 12.1% por malos olores o contaminación en áreas urbanas, de modo que las quejas sobre consumo privado propiamente dicho se reducen a apenas la mitad del total de las denuncias. Ruidos, contaminación y fallos en los servicios públicos acaparan la otra mitad de las quejas de los ciudadanos. Según la presidenta de la asociación Lancia, Catalina Díez Santiago, también más de la mitad de las denuncias se repiten año tras año, sin que las administraciones públicas las resuelvan. «Otros simplemente desisten de seguir, aunque el Ayuntamiento funciona bastante bien en materia de ruidos con las patrullas verdes de la Policía Local: en la Junta, por el contrario, o hay una gran desidia por el tema, o hacen la vista gorda o hay intereses de por medio para no resolver expedientes». Colaboradores La colaboración entre Alcor y la asociación de consumidores Lancia se limita, de momento, a remitirse clientes de ida y vuelta: la asesoría jurídica corresponde, por especialización, a la primera y el grueso de las denuncias en busca de solución a la segunda. Los demandantes son los mismos y tambien corresponden casi siempre a los mismos barrios, como el Húmedo, Burgo Nuevo, la calle Lancia y, en general todas las zonas céntricas y clasificadas como «de copas» de la ciudad. La única excepción, según Catalina Díez y Eduardo Morato es todavía una: la zona de Eras de Renueva donde empiezan a proliferar ahora más bares, en torno a los edificios de la Junta y del llamado edificio Europa. «La única explicación», según Catalina Díez, «es que allí sea un fenómeno nuevo o haya intereses creados». Esta última sospecha no es baladí, según la asociación de consumidores Lancia, que dice haber detectado no pocos casos de amenazas de propietarios de locales y «no del que posee uno sólo, sino del que dispone de varios» para amedrentar a los vecinos cualquier zona. «Yo soy abogada y me han llegado quejas por amenazas a clientes, digamos que gordas para ellos, de propietarios que tienen varios garitos, personales y directas, de modo que en ocasiones dudo si la ley será igual para todos porque algunos se están haciendo los amos del barrio». «Esta no es ninguna cuestión menor», se añade, «sino que, a lo mejor, convendría investigar qué intereses hay detrás».