Caos informativo

Las contradicciones entre las comunicaciones oficiales y los rumores en medio del alboroto de la calle, las afirmaciones y los desmentidos en torno a los sucesos de la fatídica mañana ahogaron los canales informativos y sembraron la duda en una jornada que acabó cuestionando las fuentes que en cualquier otra circunstancia no hubieran suscitado titubeo alguno. Las llamadas telefónicas de Aznar a los directores de algunos rotativos acabó por consagrar la deformación de los hechos. En el pleno caos que reinó esos días, el inusual papel que se vieron obligados a jugar de los servicios de inteligencia en la escena multiplicó la desorientación y la sensación de manipulación. Probablemente presionado por los fontaneros del Gobierno del PP, el entonces director del CNI, Jorge Dezcállar, no ayudó a mejorar las cosas con su intervención. Dezcállar negaba el 99% Nada menos que a través de la agencia Efe, Dezcállar negó que sus agentes hubieran abandonado una de las líneas de investigación -la de ETA- en favor de otra -la del islamismo radical -. Salía así al paso de una filtración salida desde el seno del mismo CNI que apuntaba que se estaba trabajando al 99% de las posibilidades con la hipótesis del terrorismo de raíz musulmana integrista. Los supuestos indicios de la existencia de un terrorista suicida aparecidos -y nunca confirmados- en uno de los vagones destrozados fue otro de los focos de fricción informativa, y que fue utilizado finalmente por el Gobierno como arma arrojadiza contra los propios medios de comunicación, a los que acusó de liderar o coparticipar de un asedio al Ejecutivo Aznar. Tal despropósito, y la tensión acumulada en las horas previas a las elecciones generales del 14-M, llevó incluso a que algunos opinadores y tertulianos dieran crédito y pábulo al rumor anónimo propagado por Internet que situaba a la cúpula popular en un intento de desconvocar los comicios, e incluso en una visita a la Zarzuela para implicar al Rey en esta treta. Diario de León no fue ajeno a las dificultades que vivieron las redacciones de todos los rotativos españoles el 11-M. A lo largo del día, el equipo especial organizado por la dirección para cubrir los atentados se topó con infinitos obstáculos en la gestión de los datos contradictorios que llegaban en las horas siguientes a la primera explosión, alrededor de las 7.35 horas. Desde el inicio se trabajó con la única hipótesis expuesta por Ángel Acebes en su comparecencia televisada, a las 13.30 horas: la matanza es obra de ETA. Diario de León no puso en duda la versión del Gobierno y así se planificaron las páginas. El furgón y el vídeo Sin embargo, a las 20.20 horas Acebes daba cuenta del hallazgo de un furgón, supuestamente usado en la masacre, con una cinta en árabe con versículos del Corán. Esto obligó a un reenfoque de la información hacia la pista islámica (algunos redactores ya habían seguido esa vía durante la jornada) y se eliminó de la documentación cualquier referencia que vinculase los atentados a ETA. Poco después se supo que el diario Al Quds Al Arabi, de Londres, recibía un e-mail de un grupo de Al Qaida que reivindicaba la matanza. Las dudas se disipaban y se tituló en primera página Al Qaida asume el horror. Así se resolvió la confusión de toda la jornada.