Empleados y usuarios intentan vencer el miedo

Un año después del 11-M los usuarios y empleados del servicio de cercanías de Renfe han vencido al miedo y -unos con más dificultades que otros- han vuelto a los trenes y a sus rutinas. Pero ningún pasajero ha olvidado. Cada vez que los convoyes paran en las estaciones de Santa Eugenia, El Pozo o Atocha -escenarios de las matanzas--hay un lapso en el que cada mente evoca durante unos segundos las imágenes de aquel día ominoso y piensa en la fragilidad del ser humano y su medio. La prueba de que el miedo está en buena medida superado son los vagones y andenes repletos de gente a primera hora en Atocha. Renfe coloca un guarda de seguridad ante cada puerta de cada vagón para agilizar las subidas y bajadas de personas y evitar que se formen tapones que retrasen los trenes siguientes y bloqueen el servicio. 1.300 trenes diarios transportan a más de 400.000 individuos.