«La trucha seguirá siendo la especie más amenazada»

Según el decano de la Facultad de Biológicas, José Carlos Pena, la trucha sigue siendo el baremo biológico principal para medir la salud de los ríos leoneses, aunque la contaminación no es ya su principal enemigo después de superar en décadas pasadas trampas como el furtivismo, enfermedades como la saprolegnia en temporada de freza o desove y la repoblación de los ríos con especies americanas. La paz de la trucha común, además de por los vertidos de todo tipo que restan oxígeno al agua de los ríos, está amenazada por otro depredador, pero de mayor tamaño, en los cauces bajos y medios, como el lucio, que ya practicamente está asentado en todos los afluentes de la cuenca del Duero, salvo los protegidos en cabecera por algún tipo de salto o embalse. El problema, al margen de la contaminación de las aguas, es irreversible y hay algunas otras especies amenazadas. «Por ejemplo la lampreruela por el pez lobo, que trajeron desde el Ebro para pescar lucios como cebo vivo, lo cual no deja de ser una paradoja: ahora está ocupando el lugar de las primeras, desplazándolas de todas las riberas y amenaza con hacer desaparecer una especie, si no exclusiva de León, si del norte de España».