La ciudad de la energía pierde alicientes políticos, pero gana seriedad investigadora

De momento no se sabe demasiado de los más de 310 millones de euros aventurados para la puesta en marcha de la ciudad de la energía en Ponferrada. La idea cobró vida sobre el papel en las últimas elecciones municipales y ganó credibilidad en las postrimerías de las generales, hace un año, con el rubro personal del aún aspirante entonces a la jefatura del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. El primer paso serio en la consolidación del proyecto lo dio el Consejo de Ministros celebrado en León. Para empezar, aunque sólo fuera con uno de los laboratorios que se planteaban para acabar completando la urbe energética, se presupuestaron seis millones de euros, de los que 1,7 se consignaron ya para el 2005. Con estas severas diferencias económicas entre lo anunciado electoralmente y lo materializado, el asunto se enredó políticamente. El PP haciendo chanza de los 180 años que al ritmo inversor inicial se tardaría en ejecutar la ciudad de la energía (Eduardo Fernández), y el PSOE recordando que cualquier obra de esta magnitud necesitaría de no menos de diez años de plazo (José Giménez). Pero al margen de las discrepancias partidistas, lo cierto es que en los últimos meses, bajo la dirección del Ciemat (Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológica), el supuesto embrión del proyecto lo que sí ha ido ganando es una notable vitola de seriedad científica. El propio director del Ciemat, Juan Antonio Rubio, en su primera visita a Ponferrada hace poco más de un mes, vino a admitir que él no sabe lo que es la Ciudad de la Energía. En cambio se mostró muy seguro y convincente al explicar lo que será el Centro de Tecnologías Avanzadas del Bierzo. Un centro puntero incluso en el ámbito internacional para el estudio del «secuestro» del CO2 en combustibles tan básicos para la dieta energética, y esenciales para la provincia, como el carbón. Y de hecho, para el mencionado centro o laboratorio, el Ciemat está a punto de cerrar la contratación de seis titulados superiores que se encargarían de la apertura. En el programa electoral del PSOE, bien es cierto, a la Ciudad de la Energía se la asociaba con la generación de hasta 8.500 empleos, y se le atribuía un enorme efecto de imán sobre el sector turístico.