Cerrar

| Entrevista | Alonso Somalo |

«Atendimos enfermedades que hacía mucho que no veíamos»

Llegaron a bordo del «Galicia» y se encontraron con una catástrofe que superaba todo lo conocido. Ahora se marchan tras haber prestado una gran ayuda a la población civil

Publicado por
C. Calvar madrid
León

Creado:

Actualizado:

Las tropas españolas abandonaron ayer Indonesia a bordo del buque Galicia tras trabajar allí seis semanas para paliar los efectos del tsunami. El teniente coronel médico Miguel Ángel Alonso Somalo estuvo al frente de un equipo de cuarenta sanitarios compuesto por doctores, enfermeros, anestesistas y auxiliares. Somalo explica los detalles de la labor en esta misión, para él la más ambiciosa desde el punto de vista sanitario de las efectuadas por las Fuerzas Armadas. -¿Qué balance hace de la misión desarrollada en Indonesia? -Como jefe de Sanidad tengo la sensación de haber hecho una gran misión. Nos vamos, pero nos tranquiliza que ha venido ya un buque mexicano a relevarnos. Queda mucho por hacer, ojalá vengan muchos buques Galicia porque esta gente los necesita. -¿Han contribuido a mejorar la situación en la zona? -Hay aún tanto que hacer que decir que nosotros lo hemos solucionado estaría muy lejos de la verdad. No quiero minimizar nuestra misión porque hemos hecho mucho, pero aún queda mucho más por hacer. -¿Cuál fue su impresión al llegar? -Pensé que había caído una bomba atómica. Esta catástrofe tiene dimensiones bíblicas y ninguno, a pesar de venir preparados para ello, imaginábamos tal desastre. -¿Qué tareas ha realizado el personal médico a su servicio? -En Banda Aceh pusimos en marcha un ambulatorio para atender a todo un distrito. Enviamos equipos proyectables a cinco campos de desplazados del litoral para crear estructuras sanitarias básicas, purificar aguas y potabilizar pozos. También visitamos los orfanatos para hacer controles epidemiológicos a los niños. En el buque Galicia , un equipo quirúrgico realizó una docena de intervenciones. -¿Qué riesgos afrontaron? -Los principales fueron los golpes de calor y el paludismo. Para evitarlo estuvimos sometidos a tratamiento y cumplimos un plan sanitario muy estricto. En estas mi-siones prima la seguridad y, aunque a veces no haría falta, el mando nos pone una escolta de soldados y oficiales que nos acompañan en todos los movimientos. -¿Qué tipo de enfermedades tuvieron que atender? -Sobre todo cuadros diarreicos severos derivados del consumo de agua contaminada, infecciones pulmonares, paludismo y otras que hacía mucho que no veíamos en España: bocios enormes y patologías en las mamas de las mujeres. Algo parecido a lo que vimos en Mozambique y en El Salvador tras el huracán Mitch. -¿La destrucción les creó problemas adicionales? -Sí porque el país perdió sus estructuras sanitarias, que hemos reconstruido a partir de pequeñas organizaciones que poco a poco fuimos coordinando. Hubo dificultades para llegar a zonas incomunicadas, a las que sólo se podía acceder en helicópteros o lanchas. Dedicamos los primeros días a reunirnos, estudiar las necesidades y adquirir conocimientos. Ahora se los hemos transmitido a los relevos. -¿Hallaron obstáculos de tipo cultural para trabajar? -Veníamos muy preparados para eso. Durante quince días nos dieron charlas sobre las costumbres de los indonesios y cómo tratarles. No tuvimos problemas para explorar a mujeres, aunque procuramos hacerlo ante otra mujer o un familiar, con absoluto respeto hacia su cultura. Posiblemente no hubiese hecho falta tanto. -¿Les han creado obstáculos las autoridades indonesias? -Ha habido pequeñas descoordinaciones, pero en general todo fueron facilidades.