«Dejad que los niños se acerquen a mí»

Un mosaico de colores -con los tonos de los uniformes de diez colegios religiosos de la capital- se extiende desde el altar mayor hasta el coro de la Catedral. Con el Papa como protagonista, la llamada del obispo de León logró congregar ayer en el templo a cerca de 2.000 escolares de entre 9 y 11 años, en un acto en el que el responsable de la Diócesis hizo llegar a los pequeños las pinceladas más destacadas de la vida del Pontífice. Especial énfasis puso Julián López en recordar a los escolares los lazos que siempre unieron al Obispo de Roma con los niños. A pie del altar, una pantalla gigante mostró a los jóvenes estudiantes imágenes del herededo de Pedro en Roma y en sus múltiples viajes por el mundo, siempre con pequeños a su alrededor. «Fue un Papa amable y sonriente. Quería mucho a los niños. ¿Sabéis cuántas veces vino a España?», preguntó el obispo al entusiasta auditorio. «¡Cinco!», gritó a pleno pulmón al unísono la chiquillería. «!Más fuerte!», reclamó el obispo. El homenaje a Juan Pablo II en la Catedral comenzó con la lectura por parte de una niña del colegio Leonés de San Isidoro de la Carta del Papa a los Niños en el Año de la Familia. La canción «Tus manos son palomas de la paz», precedió a las palabras del obispo. Repasó los principales momentos de la vida del Papa y recalcó que el Pontífice siempre levantaba en brazos a los bebés e incluso a niños como ellos. «Antes, cuando era muy vigoroso, luego en su etapa de ancianito no podía. Ahora se ha ido con Jesús al que tanto amaba». La mítica frase del Evangelio que representa el amor de Cristo por los más pequeños, «Dejad que los niños se acerquen a mí», fue ayer reproducida por el obispo en la Pulchra Leonina. «El Papa también decía esta frase. Acordaos de él cuando seáis mayores y recordad siempre este acontecimiento que ahora vivís». Los escolares también pudieron conocer la última vez que Julián López visitó a Juan Pablo II en el Vaticano: el 27 de enero. «Tuve la fortuna de charlar con él y le llevé además los dibujos que me dieron en un colegio de aquí». Los escolares se encargaron de leer las peticiones, que no olvidaron a los pequeños que pasan dificultades en otras partes del mundo. Siguió el rezo del Padrenuestro y tras esta oración, el obispo pidió a los niños que levantaran su mirada hacia las vidrieras. «Ahí están los santos, algún día le pondrán a él, porque ha amado mucho». Bendijo a los niños para finalizar el acto. «Acordaos de él cuando seáis mayores; recordad este acontecimiento» JULIÁN LÓPEZ Obispo de la Diócesis de León