Diario de León

Constata que la sociedad asocia cada vez más a los sin papeles con la delincuencia

La UE aprecia en España un aumento de la intolerancia hacia el inmigrante

Un informe valora en positivo la regularización masiva de extranjeros Llegan pateras con 110 sin papeles a C

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Domingos Sampedro - corresponsal | bruselas
León

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España se está convirtiendo en un país cada vez más racista e intolerante. Así lo corrobora el Observatorio Europeo para el Racismo y la Xenofobia, un órgano adscrito a la UE que tiene su sede en Viena, y que advierte en un informe de que la inmigración, sobre todo la ilegal, «está siendo asociada en el imaginario popular con la delincuencia y el terrorismo». El ministro del Interior, José Antonio Alonso, intentó rebajar ayer en Luxemburgo la crudeza del estudio al afirmar que la española es «una sociedad limpia y democrática». En realidad, los últimos datos disponibles sobre el racismo en la UE son los del Eurobarómetro del pasado mes de marzo, de los que se desprende que España no es, ni por asomo, el país más intolerante de Europa, pues es superado en casi todos los apartados por socios como Grecia, Bélgica o Alemania. Por ejemplo, esta encuesta refleja que un 18,4% de los españoles muestra hostilidad o rechazo hacia los demandantes de asilo, un dato que en asciende al 48,4% en Bélgica y al 47,9 % en Gran Bretaña. Extrema derecha Ahora bien, eso no impide que el observatorio europeo aprecie en España una evolución negativa de los comportamientos xenófobos e intolerantes entre los años 2001 y 2004, lo que lo lleva a afirmar que «la sociedad española se está volviendo cada vez menos tolerante hacia los inmigrantes». El informe comunitario utiliza datos sobre la violencia racista suministrados por la Guardia Civil, los últimos relativos al año 2000, lo que le vale para concluir que en España «hay pruebas de un incremento del número de ataques racistas organizados por la extrema derecha», sobre todo en las periferias de las grandes áreas urbanas. También se constata un incremento de los comportamientos xenófobos o intolerantes en el mundo del fútbol, en los medios de comunicación e incluso en los mensajes lanzados por algunos políticos. En el polo opuesto, el observatorio valora positivamente la controvertida decisión del Gobierno de hacer una regularización masiva «porque da a 800.000 inmigrantes la oportunidad de residir y trabajar legalmente en España». La cruda tendencia sobre el racismo que la oficina de la UE atribuye a España fue relativizada ayer por el ministro del Interior al término de una reunión en Luxemburgo. En declaraciones a Europa Press, José Antonio Alonso recalcó que «España no es xenófoba y no es racista» con los inmigrantes. «Creo que la propia sociedad española -abundó el ministro- va a seguir generando anticuerpos para que siga siendo una sociedad limpia y democrática».

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