El Gobierno legaliza a doce imanes para frenar el auge del integrismo

El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, de común acuerdo con la Generalitat, ha dado un paso significativo a favor de la integración de los trabajadores extranjeros en Cataluña, sobre todo del colectivo marroquí, constituido por unas 120.000 personas en situación regular, al conceder el permiso de residencia a doce imanes -predicadores de la fe islámica- que estaban en situación irregular. A partir de ahora, los 74 imanes que componen el Consejo Islámico de Cataluña ya disponen de residencia en España. La medida, que ha sido calificada por el delegado del Gobierno en Cataluña, Joan Rangel, «de paso enormemente importante para la integración de los inmigrantes», es valorada por fuentes de la Generalitat como «una iniciativa que podría ser aplicada en otras comunidades españolas donde la relación de la población con la comunidad marroquí es, a veces, conflictiva, y las visiones tópicas que asocian inmigración musulmana con delincuencia o terrorismo tienen cierta importancia; por ejemplo, en Andalucía, la comunidad valenciana, Madrid, o Murcia». El Gobierno no ha hecho más que poner en práctica la actual Ley de Extranjería, que contempla un trato especial para los religiosos islámicos, una cláusula que el anterior Ejecutivo se negó a aplicar.