La policía cree que ETA robó en Francia 4.000 kilos de clorato

La Policía francesa da prioridad a la autoría de ETA en el robo de algo más de cuatro toneladas de clorato sódico, materia prima para un explosivo de elaboración propia denominado kaskabarro, perpetrado el viernes por la noche en una fábrica de productos químicos cercana a Poitiers (centro-oeste de Francia). El modo operatorio del comando asaltante, similar al empleado en precedentes atracos a polvorines galos, y el fuerte acento español con el que sus seis integrantes, armados y encapuchados, se expresaban en francés sustentan la teoría de la pista etarra, principal hipótesis de trabajo de los investigadores. El robo fue cometido en la planta que la compañía Quadripack, perteneciente al grupo químico Quadrimex, tiene en la localidad de Saint Benoît, limítrofe con Poitiers, en el departamento de Vienne. Se trata de un complejo con 12 hectáreas de superficie y 25.000 metros cuadrados de edificios cubiertos que está clasificado Seveso, norma de máxima prevención de riesgos industriales instaurada en la Unión Europea a raíz de los escapes de dioxina registrados en la localidad italiana del mismo nombre en 1976. Hacia las diez de la noche del viernes, seis individuos se presentaron en la puerta de acceso principal de las instalaciones, en el número 2 de la avenida Grottes de Passelourdain. Los desconocidos, que iban armados con pistolas y llevaban el rostro cubierto con pasamontañas, redujeron al único guarda presente a esa hora en la factoría, al que maniataron y amordazaron. Tras consumir un periodo de tiempo prolongado en tareas de acopio y carga, se dieron a la fuga a bordo de, al menos, dos vehículos en los que habían llegado horas antes, sin efectuar un solo disparo. Cloratita atípica El vigilante, empleado de la compañía privada de seguridad Securitas, dio la alarma al conseguir desatarse al cabo de varias horas. Según el testimonio brindado a la Policía, los asaltantes se comunicaban entre ellos por señas y apenas pronunciaron palabras en su presencia. Cuando hablaron, lo hicieron en francés con un fuerte acento español. La investigación, de la que se ha hecho cargo la Fiscalía de París, ha sido encomendada a la División Nacional Antiterrorista, el cuerpo que centraliza la lucha contra ETA en Francia, y la Policía Judicial de Orleans. En un inventario preliminar, los responsables de la fábrica han echado en falta algo más de 4.000 kilos de clorato sódico, un producto que se utiliza corrientemente como herbicida y cuya venta libre ha sido recientemente prohibida en Francia. Los artificieros de ETA emplean esta sustancia para fabricar una cloratita atípica, denominada kaskabarro en su jerga interna, mediante su mezcla con azúcar y azufre. Esta sustancia explosiva, de manufactura casera, es más potente que la cloratita clásica, elaborada con clorato potásico. Aunque los investigadores están convencidos de que el asalto obedeció a un plan minucioso elaborado desde hace tiempo, sorprende la facilidad con que los autores lo llevaron a la práctica sin ningún contratiempo conocido. En teoría, la fábrica Quadripack dispone de un importante dispositivo de seguridad ante el riesgo de explosiones, incendios, nubes tóxicas, fugas de productos y robos. Según la página en Internet de la compañía, «existe un equipo de agentes de seguridad especialmente formados en la vigilancia de una fábrica química».