Diario de León

Experto en agricultura ecológica

«Es una lástima poner césped en el jardín en lugar de un huerto»

Los cultivos ecológicos tienen más nutrientes y fitoprotectores que los convencionales y otra de sus ventajas, según Bueno, es que las plantas se autoinmunizan contra los parásitos

Mariano Bueno durante las prácticas en los huertos de La Candamia

Mariano Bueno durante las prácticas en los huertos de La Candamia

León

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Mariano Bueno es experto en Geobiología, Bioconstrucción y Agricultura Ecológica enseñanzas que ha divulgado a través de obras como Vivir en casa sana , E l gran libro de la casa sana o Fluir con la vida y, más recientemente, con El huerto familiar ecológico . En 1986 creó el Centro Mediterráneo de Investigación Geobiológica y, en 1991, la Asociación de Estudios Geobiológicos GEA, de la que fue presidente hasta 1997. Hace unos días dirigó en León en un curso para introducir la agricultura ecológica en los huertos municipales de La Candamia. Hijo de labradores, cuenta que a los once años tenía un mulo y labraba la tierra, pero descubrió en Francia y Suiza las aplicaciones más modernas para hacer cultivos ecológicos. -En un mundo urbano como el nuestro ¿se puede tener un huerto y además ecológico? -Es una lástima que haya muchas personas que tienen un pequeño jardín y sólo pongan césped que es antiecológico, porque necesita mucho abono químico e insecticidas, y algunas flores. Podrían dedicar un trocito de ese jardín a cultivar sus propios alimentos de una forma sana y ecológica con la ventaja de que apenas da problemas de bichos o parásitos, al contrario de lo que ocurre con la agricultura química. Con una alimentación buena para la tierra a base de compost y abonos orgánicos las plantas crecen muy sanas y ellas mismas generan sustancias insecticidas e insectífugas que evitan problemas de bichos o enfermedades. Incluso en una terracita se pueden poner unos maceteros grandes, con una buena tierra de huerta y un buen compost. No cultivarás todas las verduras que consumes pero sí unas lechuguitas, unos tomates, unos pimientos, unas freseras... dan colorido al balcón y al mismo tiempo el placer de comer cosas criadas con las propias manos. -Pero requerirá experiencia. -Se puede tener o no. La experiencia a veces es un problema. Las personas que han hecho un cultivo químico piensan que sin químicos no podrían cultivar nada y no se acuerdan de que hasta hace cincuenta años no se utilizaban. Llevamos dos mil años de horticultura y nunca se utilizaron abonos químicos e insecticidas. Tener un huerto ecológico está al alcance de cualquiera como me ha probado mi experiencia con El huerto familiar ecológico . -¿Es volver al pasado? -No es volver al carro y al burro, es aprovechar a la propia naturaleza pero con todos los conocimientos y las técnicas actuales. -¿Cuáles son los vicios de la agricultura tradicional? -El mayor vicio de la agricultura tradicional era trabajar a tierra desnuda. La tierra, para estar viva, tiene que tener muchos microorganismos (lombrices o molucas, como decís aquí) muchos seres que se encargan de degradar la materia orgánica y convertirla en nutrientes y alimentos para la planta. La tierra a las plantas es como los intestinos en una persona: la flora bacteriana de los intestinos degrada el alimento y lo convierte en sustancias nutritivas. Si dejamos la tierra desnuda y expuesta al sol, sobre todo en verano, la radiación ultravioleta, que es bactericida, mata la vida de ese suelo y la tierra se empobrece mucho. Es importante que la tierra esté siempre cubierta o con vegetación fresca. Como la hierba compite con el cultivo se puede poner trébol, que casi no chupa nada de la planta porque coge nitrógeno de la atmósfera con unas bacterias que tiene en las raíces. El trébol protege a la tierra del sol y da nitrógeno a la planta que crece al lado, lo que aumenta la producción. También se puede cubrir la tierra de paja, que evapora menos agua y hay que regar menos. La sombra de la paja no deja salir hierbas, no hay que desherbar (con todo el trabajo que da) . Da excelentes resultados de producción. -¿Qué ventajas tiene para la salud consumir productos ecológicos cultivados por uno mismo? -En primer lugar se hace ejercicio, que es muy importante porque el cuerpo humano está hecho para el movimiento y cuando dejas de moverte se atrofia; además tienes contacto con los elementos de la naturaleza, el sol y el aire, que son muy vitalizantes y dan mucha salud. Te permite relacionarte, como en el caso de los huertos urbanos de León, algo que va muy bien para el estado de ánimo de personas que a veces viven solas. Se podría pedir al Ayuntamiento que aparte de los huertos para gente jubilada dispusiera de otras parcelas. Los alimentos ecológicos tienen más nutrientes que los que encontramos en el supermercado y tienen unas sustancias llamadas fitoprotectores, hasta ahora desconocidas. Por ejemplo, son abundantes en ácido salicílico, el mismo que contienen las aspirinas y otros anticoagulantes que protegen contra el infarto. Hay otras sustancias como los bioflavonoides, los omega 3 que tienen efectos protectores para el organismo y sólo se da en plantas silvestres o en plantas cultivadas ecológicamente. Otra ventaja es que no te intoxicas con los restos de plaguicidas y sustancias tóxicas, de las que se abusa muchísimo en la agricultura convencional. Para que una lechuga no tenga pulgón cuando llega al mercado tiene que ser tratada con insecticidas cada tres días. En cambio, una lechuga ecológica es raro que tenga pulgón porque al no haber sido forzada tiene defensas y el pulgón no ataca. -¿Por qué hay escasez de productos ecológicos en España? -El problema que tenemos en España con los productos ecológicos es que, si bien somos un gran proveedor, casi el 90% va para la exportación porque no hay una conciencia de alimentarse de una manera más sana y ecológica. Como hay poca demanda es difícil crear un mercado de abastecimiento regular. Es fácil encontrar alimentos ecológicos en productos secos (arroz, lentejas, legumbres o pan), pero con productos frescos, que requieren que haya un agricultor cercano que suministre diariamente, sólo en grandes ciudades hay un abastecimiento total. Falta interés por parte del consumidor e información. Si supieran la importancia que tiene la alimentación sana para su salud y también para el planeta (con la agricultura ecológica se contamina y se degrada menos el ambiente). En Italia ha crecido muchísimo el consumo ecológico con iniciativas como el comedor escolar ecológico: algunos agricultores y empresarios ecológicos empezaron a regalar los desayunos ecológicos.

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