Ahora y en la hora...

Desmontado en 1992 para ser trasladado a Ginebra inicialmente, donde técnicos de la escuela de relojería iban a proceder a su puesta a punto, ya los periódicos de la época daban cuenta de la actuación del delegado de Gobierno en Castilla y León, Arsenio Lope Huerta como impulsor de medidas varias para «agilizar los trámites» en aquel momento. De acuerdo a la versión que manejan los asesores de la consejería de Cultura de la Junta, fue el Cabildo de la Catedral quien depositó en la Escuela Taller de San Isidoro la pieza. Siempre según estas versiones, la Ley de Patrimonio establece que el deber de custodia de los bienes corresponde a los poseedores de la propiedad. Lo que ahora aparece en el almacén es la esfera, sin la maquinaria del reloj, que una vez reparada, fue repuesta en su lugar de origen, donde también se instaló una reproducción de la esfera, sobre cuya datación existen datos contradictorios, si bien, parte de los que maneja la administración hablan del siglo XVI. Otras fuentes consideran que en realidad, se trata de una pantalla que se realizó en el siglo XIX, si bien, de momento, los técnicos no se ponen de acuerdo para tratar el asunto. Controversia Una vez que se produjo la intervención policial, la controversia marcó las conversaciones en torno al lugar idóneo para depositar un bien artístico de estas características. La Junta recibe supuestamente indicaciones del Cabildo para que haga llegar el reloj al Museo Provincial, pero el servicio de Cultura de la administración territorial considera más adecuado entregar los bienes a su propietario o, en su defecto, a quien convenga la autoridad judicial. De esta forma, La Junta decide abrir expediente sancionador al anticuario, por entender que comete una presunta infracción de la Ley de Patrimonio Histórico, para suspender el mismo a continuación y remitir la instrucción al fiscal jefe de la Audiencia Provincial, por si pudieran existir indicios delictivos o, en su defecto, procediesen sanciones administrativas. Ya con fecha 19 de abril, la Guardia Civil comunica a la administración que la esfera ha sido depositada en el Museo Diocesano de León, y se hace acompañar un recibo que acredita la entrega. El tramo final de la historia, está por escribir. No por último, se adivina menos extenso. De las decisiones policiales y judiciales que se avecinan, depende el final del recorrido para la vieja esfera que, un día, fue parte del reloj. Todo un cúmulo de situaciones pendients de aclaración.