En la operación fue capturado otro etarra también dependiente de la dirección política
Detenido en Francia el presunto jefe del aparato internacional de ETA
El terrorista se olvidó una bolsa en una lavandería con documentación y un arma Un hombre clave en
La policía francesa detuvo ayer en la región de Toulouse (suroeste del país) a Peio Eskizabel Urtuzaga, Xerpa, presunto jefe del aparato internacional de ETA, y a José Manuel Ugartemendia Isasa, su supuesto adjunto en esa estructura directamente dependiente de la dirección política, atribuida a José Antonio Urrutikoetxea, Josu Ternera por los servicios antiterroristas. El doble arresto fue consecuencia del incumplimiento de las más elementales normas de seguridad en la vida clandestina según la rocambolesca versión de los hechos brindada por fuentes de la investigación. La secuencia del golpe más importante asestado a la cúpula de ETA desde la detención en octubre de Mikel Albisu, Antza , entonces presunto jefe del aparato político, comenzó dos días antes en un autoservicio de lavandería en Caussade, localidad de la provincia de Tar y Garona situada a unos 70 kilómetros al norte de Toulouse. Dos clientes del comercio, en el que se limpia la ropa en lavadoras que funcionan mediante monedas, se dejaron olvidada una bolsa con efectos personales. La encargada del establecimiento hizo entrega del bulto en la oficina municipal de objetos perdidos, cuyos responsables registraron el contenido en busca de indicios que permitieran localizar al propietario. Pero se llevaron la sorpresa de encontrar una pistola por lo que avisaron a la Gendarmería local que a su vez comunicó el hallazgo a la Policía Judicial ya que el arma lleva grabado el anagrama de ETA en la culata. Un detenido examen de la bolsa permitió descubrir en un bolsillo documentos de identidad con la fotografía de una persona que fue identificada como Peio Eskizabel, fichado como activista huido de ETA. Agentes de la División Nacional Antiterrorista, con sede en París, y del servicio regional de la Policía Judicial de Toulouse montaron un dispositivo de vigilancia en torno a la lavandería con escasas esperanzas de que los activistas regresaran a reparar el olvido. Las alertas se dispararon a primera hora de la mañana de este jueves cuando un comunicante telefoneó al establecimiento para interesarse por la bolsa y anunciar que pasaría a recogerla al recibir respuesta afirmativa.