Zapatero: «Si por Sonsoles fuera, se traería La Moncloa al Bierzo»

La primera visita al Bierzo del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y «no la última», estuvo marcada por los elogios a la comarca. El leonés no escatimó ayer halagos al paisaje «singular que motiva a la contemplación», durante su discurso en el polígono industrial de El Bayo en Cubillos del Sil. Aunque confesó que la primera dama, Sonsoles Espinosa, es la gran conocedora y amante de la comarca. «Si por Sonsoles fuera, se traería La Moncloa al Bierzo. Es una satisfacción venir aquí y sentir vuestro cariño», aseguró. La propuesta simpática de la mudanza la recogió el alcalde de Ponferrada, Carlos López Riesco, durante el breve recorrido de la pareja por la capital. «Si eso pudiera ser así», dijo el regidor mirando a la esposa del presidente, «el Ayuntamiento pone a disposición los terrenos ahora mismo». Pero el jefe del Gobierno no se detuvo en sus halagos a los bercianos. «Esta es una tierra de encantos y con gente encantadora». Aunque para él, lo mejor es, sin duda, la «solidaridad y el espíritu de tolerancia» de sus gentes. Zapatero aterrizó en helicóptero en el polígono industrial del Bayo pasadas las 11.20 de la mañana acompañado por Herrera. En su recorrido hasta la carpa, el primer presidente leonés, se dejó querer por el pueblo berciano. El jefe del Ejecutivo además se vanaglorió de ser un gran conocedor de este lugar. «Creo que no habrá un presidente del Gobierno en la historia que conozca mejor el Bierzo, que lo conozco yo». La visita como presidente del Gobierno trajo a José Luis a la memoria grandes recuerdos. «Cuando bajaba del helicóptero me acordaba de sentimientos, de lealtades y de los buenos amigos», afirmó. «¡De tantos mítines!», le contestó de entre el público la voz anónima de una simpatizante, que arrancó la carcajada generalizada del auditorio. La seguridad El polígono industrial del Bayo se vio envuelto ayer en fuertes medidas de seguridad, con motivo de la visita de Zapatero. De hecho, los accesos por carretera al polígono fueron custodiados por la Guardia Civil, y en las cercanías, los perros adiestrados examinaban el agujero más recóndito, con el fin de tener todo controlado ante la presencia en la zona del presidente. Incluso, una dotación del Cuerpo de Bomberos de Ponferrada estaba preparado para posibles emergencias.