En diez años, no ha sido saneado ni un solo suelo contaminado de León

Este año finaliza el plan de recuperación de suelos contaminados y en Castilla y León, de los 400 inventariados, sólo ha recibido un tratamiento serio el de Boecillo, en Valladolid. Tal y como ha podido constatar este periódico, la Junta inventarió en 1997 un total de 208 emplazamientos potencialmetne contaminados. Los clasificó y estimó necesaria una actuación prioritaria en 99 de ellos (en León catalogó nueve vertederos, una actividad industrial, unas ruinas industriales y cuatro minas). Se comprometió la Administración autonómica por entonces a intervenir principalmente en vertederos de residuos urbanos o inertes que pudieran tener residuos peligrosos en pequeñas cantidades, con el consiguiente riesgo para la salud humana y el medio ambiente. Las provincias con mayor número de suelos contaminados priorizados fueron Valladolid, Burgos, León y Palencia, que representaban el 71% de los emplazamientos de la comunidad. Ilegales de origen El Ministerio de Medio Ambiente va mucho más allá que la Junta y cifra en 399 los suelos contaminados en Castilla y León. Según sus datos, la práctica totalidad de estos emplazamientos no cumplen las exigencias legales y al menos uno de cada cuatro se encuentra ubicado en suelo urbano. El riesgo de contaminación de las aguas subterráneas es alto en el 60% de los casos y una gran parte se sitúan en terrenos de permeabilidad media o alta. En cuanto al grado de afección de las aguas superficiales, puede estimarse igualmente alto ya que casi la mitad de los mismos se encuentran a menos de 50 metros del cauce. Respecto a los contaminantes analizados en suelos, mayoritariamente figuran metales pesados, aceites minerales, hidrocarburos, particularmente los aromáticos y fenoles, y algunos muy tóxicos como arsénico y mercurio. Los recuros de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y del Fondo de Cohesión de la Unión Europea habrían supuesto 11 millones de euros de inversión en Castilla y León entre 1995 y este año, según los datos inicialmente previstos por el Plan Nacional de Recuperación de Suelos Contaminados. No obstante, el balance real aún hoy se desconoce.