Pelegrín Arenillas: «España es el país de Europa que usa menos la morfina»

Antonio Pelegrín es anestesista y trabaja como jefe de servicio en el Hospital de León. Para él la clave de la buena praxis en la sedación son las dosis -en relación con el estado general del paciente- y la intencionalidad del médico. Piensa que hay una «barrera muy difícil de delimitar» y que debe haber un control de casos sospechosos de mala praxis para evitar que se generalice la eutanasia. -¿Cuáles son los límites de la sedación? -Sedar es tranquilizar al enfermo, bien porque está agitado o tiene dolor. Hay un paso muy pequeño porque la diferencia de una sedación a otra cosa son las dosis. Los médicos sabemos perfectamente la dosis de sedación y la que va más allá. En las dosis está el secreto aunque hay que aclarar que con medicamentos como la morfina se puede llegar a todo tipo de dosis paulatinamente porque no tiene techo. -¿Cómo se controla que se apliquen las dosis adecuadas? -Está muy poco controlado, sólo depende de la conciencia de los médicos. Hay que poner remedios para que no exista una eutanasia generalizada. Podemos pedir permiso para sedar al enfermo pero dentro de los limites de la sedación; si esa sedación adelanta la muerte tres, cuatro o seis días no pasa nada. Pero hay que limitar la dosis para que no tenga efectos secundarios. -¿Se utiliza adecuadamente la sedación, en todos los casos en que sería necesario? -Eso es otra discusión. España es el país de Europa donde menos morfina se usa. Hacemos una medicina analgésica sedante insuficiente y eso que últimamente ha crecido mucho el uso de morfina con las unidades del dolor. Pero no se utilizaba, la gente tenía miedo a la morfina. El buen uso de la morfina debe existir, lo usamos poco todavía, la deberíamos usar más porque es un gran analgésico bien usado. La gente no tiene por qué tener dolor, pero siempre en manos expertas y siempre para quitar el dolor; nunca en manos inexpertas y nunca con fines matadores.