Zapatero transmite al jefe del Ejecutivo de Vitoria su deseo de aumentar el autogobierno de Euskadi
El lendakari acepta reformar el estatuto vasco al «estilo» catalán
Ibarretxe no citó su plan soberanista en las dos horas que duró la reunión en la Moncloa
El lendakari Juan José Ibarretxe y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, sentaron ayer las bases para una nueva etapa política en el País Vasco con el objetivo de la pacificación y el aumento del autogobierno. La mejor muestra de esta nueva etapa fue que el lendakari, según fuentes gu-bernamentales, ni siquiera habló de su plan durante las dos horas que duró la reunión. Este dato significa, según fuentes del Ejecutivo, que Ibarretxe acepta la premisa principal planteada por Zapatero para llegar a un acuerdo y que era precisamente el abandono de su proyecto soberanista. Tanto Moncloa como la Lendakaritza (sede del Gobierno vasco) emitieron por separado su propia valoración del encuentro. Ambos coinciden que la reunión fue importante para encauzar el futuro y en que con la nueva situación es posible avanzar hacia la paz y el autogobierno. Pero en los comunicados se pueden encontrar matices. Mientras Zapatero cree imprescindible «la máxima ayuda y colaboración del futuro Ejecutivo vasco en dos ámbitos importantes: la lucha contra la violencia y los violentos y el respaldo a las víctimas del te-rrorismo, que siempre tienen que ser objeto de especial atención por parte de los poderes públicos», la nota del lendakari no menciona a las víctimas. El Gobierno considera que tras la reunión de ayer el enfrentamiento entre nacionalistas y no nacionalistas en el País Vasco está superado. El primer fruto puede ser la constitución de una ponencia en el Parlamento que aborde la redacción de una nueva reforma del estatuto vasco. El lendakari aceptó la «vía catalana» como fórmula para elaborar el nuevo estatuto. Superado ya el plan Ibarretxe, en ese texto trabajarían todos los grupos, sin condicionantes pero sin límites en el alcance de la reforma. Zapatero exigió que el texto cuente con el más amplio respaldo. La discrepancia es que Ibarretxe quiere integrar ya en ese diálogo a Batasuna, algo a lo que Zapatero se opone. Sólo aceptaría si hubiera un alto el fuego y una condena a la violencia.