La asturiana, que cambió el micrófono por la diadema, será por fin madre
En un año y medio, la periodista aprendió el oficio de princesa
Su nuevo estado le proporcionará seguridad y descanso psicológico
Ha sido un año y medio muy duro para la Princesa de Asturias. Un largo periodo de aprendizaje en el que ha tenido que cambiar el micrófono por la diadema, el desparpajo por la contención, el tuteo desenfadado por el tratamiento de Alteza Real. Ya no puede ser espontánea, al menos en público, y eso, en un carácter expansivo como el suyo, requiere una gran fuerza de voluntad, un tesón que se traduce en el firme deseo de no arrojar nunca la toalla. Le ha costado quedarse embarazada. Pero lo ha conseguido y hay quien dice que esperó voluntariamente casi un año antes de proyectarlo. Su nuevo estado le proporcionará seguridad. Y, lo que es más importante, descanso psicológico. Letizia Ortiz será madre con 33 años. El padre cumplirá 38 años el próximo mes de enero. Tras una boda pasada por agua-22 de mayo de 2004-, en la que estuvieron muy cercanos los recuerdos de la masacre terrorista de Atocha, los recién casados disfrutaron de sus primeros días de matrimonio por Cuenca, Albarracín, Zaragoza, Navarra y San Sebastián. Después continuaron su luna de miel por remotos lugares del extranjero. Los paparazzi no lograron localizarlos. Su agenda, a su regreso, no ha tenido tregua, tanto en el interior del país como fuera de él. Oviedo, la tierra de la Princesa, fue el escenario de uno de los actos más emotivos desde que son marido y mujer. Doña Letizia tuvo el honor de presidir, junto a don Felipe, los Premios Príncipes de Asturias 2004. «La ceremonia de este año adquiere para mí un nuevo significado, pues me acompaña por primera vez mi esposa, la princesa de Asturias», dijo el Príncipe desde la tribuna. Hungría, Estados Unidos, México, Uruguay, Servia y Brasil han sido algunos de los destinos más allá de nuestra fronteras. Este último país supuso su primera visita oficial a Iberoamérica. La futura madre del futuro rey presidió su primer acto oficial en solitario durante la inauguración del IX Congreso de Asociaciones de Academias Iberoamericanas de la Historia. Fue en noviembre del año pasado. La Princesa de Asturias afrontó el reto con serenidad. Su experiencia dentro del periodismo le hacen no temer a los micrófonos. Ni al auditorio. Antes de ser princesa sabía hablar. Ahora, además de hablar muy bien, ha aprendido a saber estar. La cena del ático Se conocieron en un ático, en el otoño de 2002, durante una cena propiciada por el periodista Pedro Erquicia. El Príncipe ya se había fijado en la asturiana a través de sus apariciones televisivas. Su madre, la Reina, le comentó una noche desde el sofá: «¿Has visto que chica más mona?». Nunca imaginó que «esa chica tan mona» iba marcar el rumbo de la monarquía española. Un año y unas semanas después de aquel encuentro saltaba la noticia bomba. La Casa Real anunciaba el compromiso. «La intención es tener por encima de dos y por debajo de cinco» EL PRÍNCIPE DE ASTURIAS Heredero de la Corona