La dureza de Rajoy sorprende hasta al PP

El líder de la oposición, Mariano Rajoy, cuenta con el apoyo casi unánime del Grupo Parlamentario Popular después de su discurso en el debate sobre el estado de la nación, que sorprendió a la mayoría de los diputados populares por su «dureza inusitada» en política antiterrorista. El cierre de filas es prácticamente total en el PP. Muchos incluso justifican la agresividad de sus planteamientos. «Nos pedía un cheque en blanco a cambio de nada». Así es como entendieron desde los bancos de la derecha del hemiciclo el apoyo que pidió Rodríguez Zapatero a su política antiterrorista. Mariano Rajoy preparaba su discurso del debate sobre política desde hacía mucho tiempo y el pasado lunes hizo la última ronda de consultas en la reunión de maitines . Todos los dirigentes allí convocados coincidieron en el análisis sobre los dos asuntos que concentran la atención del debate político: las reformas territoriales y la lucha contra el terrorismo. Algunos, como Jaime Mayor Oreja, pusieron el acento con insistencia en el elevado riesgo que atribuyen a los movimientos de Rodríguez Zapatero, a quien ven dispuesto a negociar con ETA la paz a cambio de reformas constitucionales que lleven al país a una segunda transición. Con discursos mucho más matizados, otros dirigentes estuvieron de acuerdo en que Rajoy debía aprovechar el debate sobre el estado de la nación para dejar claro que el PP no acompañaría al Gobierno en este viaje. Le pidieron que escenificara la ruptura y dejara claro al presidente que puede acertar o equivocarse en su arriesgada maniobra, pero debe hacerlo solo sin contar con los populares. Sin embargo, casi nadie sabía que el líder popular pondría toda la carne en el asador con una intervención poco habitual en él, centrada en el terrorismo. «Los acentos y la dureza del discurso fueron cosa suya», aseguran algunos de los asistentes a aquella reunión. «La decisión fue exclusivamente suya y me sorprendió porque, aunque sabía que hablaría de terrorismo, no pensé que fuera así», añadió un importante cargo del partido. «No esperaba esa dureza de Mariano, pero estoy seguro de que tiene sus razones», explicaban el miércoles por la noche muchos diputados que buscaban en el comportamiento de Rodríguez Zapatero el motivo del cambio de talante de su presidente. En la filas del PSOE, a la sensación dulce de sentir que Zapatero ganó el debate se unióa la agria del portazo dado por Rajoy. La duda es si la posición de dureza del PP es coyuntural o forma parte de la estrategia del partido. Aunque se inclinan por pensar que esta última opción es la válida y que el PP ha resucitado la estrategia de tensión que le ha dado buenos resultados.