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| Crónica | La voz de los fieles |

¡Santo súbito!

Publicado por
C. Giles - roma
León

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La rápida subida a los altares ya la habían pedido los cientos de miles de fieles que asistieron a la Plaza de San Pedro durante los funerales de Juan Pablo II al grito de «Santo ya» y con pancartas en las que se podía leer la frase en italiano: «Santo subito» (santo rápido). La petición, acompañada de interminables aplausos, comenzó a escucharse tras concluir el cardenal Ratzinger la homilía y fue seguida por toda la plaza. «El pueblo ha percibido la santidad de Juan Pablo II, pero tenemos que esperar la declaración oficial», advertía hace unos días el cardenal José Saraiva Martins. El purpurado portugués se sentía gratamente sorprendido por la aclamación popular pero aclaraba que había que «esperar cinco años después de la muerte, a no ser que el Papa Benedicto XVI establezca una dispensa para el inicio del proceso». Juan Pablo II ya había agilizado el proceso de beatificación de la Madre Teresa de Calcuta, que murió en 1997 y fue proclamada beata en el 2003 debido a que el mismo Pontífice simplificó las reglas para la beatificación el 25 de enero de 1983 con la Costitución Apostólica Divinus Perfectionis Magister aunque, como explica el cardenal Saraiva, «la dispensa no afecta al proceso como tal, que no cambia». Aunque el proceso de beatificación, que consiste en la recogida de la documentación y comprobación de dos milagros, «será más fácil, ya que todo el mundo ha visto cómo ha muerto, todos somos testigos de sus virtudes heróicas», explicó tras la muerte de Wojtyla el secretario de la Congregación de la Causa de los Santos, Edward Nowak, que anticipó que no existe un informe sobre los milagros de Wojtyla pero que se tienen ya archivadas muchas cartas de personas que señalaban «gracias» obtenidas después de haber rezado por el Papa.