Diario de León

| Entrevistas | Una actividad para el olvido | OLIVIO CAMPO DIÉGUEZ | PRESIDENTE DE LA JUNTA VECINAL DE NOGAREJAS

«La resinera es algo que pertenece al pasado y que nadie se replantea»

«Nos quedan los recursos cinegéticos del monte, un poco de madera después de cada incendio, la recogida de setas y nada más»

Según Olivio Campo, ya sólo queda en el monte caza y setas

Según Olivio Campo, ya sólo queda en el monte caza y setas

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A. Núñez - león
León

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El presidente de la junta vecinal de Nogarejas, Olivio Campo Diéguez, es joven, conoció de muy lejos la tradición resinera de su comarca y se muestra pesimista sobre las posibilidades de recuperarla, tanto que «es un tema del que ni siquiera se habla en el bar». Según él, hasta se han agotado los montes con los incendios y el censo de población en edad de trabajar con la emigración, de forma que hoy día sería difícil encontrar resina y resineros. -¿La gente estaría dispuesta a trabajar la resina o sólo la echan de menos los viejos? -Esa es una pregunta a la que yo no puedo responder porque se habla tan poco de él que ni siquiera conozco el sentimiento de la gente. Nunca lo hemos tratado en las reuniones vecinales, aparte de que tampoco habría gente ya en el pueblo para volver a la resina. ¿Qué dicen los viejos? Pienso que es un tema del pasado y que, más que nada, habrá nostalgia, pero el tema es irrecuperable por dos motivos: primero, que ya no hay monte porque la mayoría está quemado y nos deben de quedar unas 600 hectáreas de las 2.000 que había antes, cuando el incendio del campo de tiro del Teleno, y, segundo, porque apenas queda tampoco gente para cuidarlo. -¿Lo que queda de pinares está improductivo? ¿Qué valor le queda sin la resina? -Lo princicipal que aporta son los recursos cinegéticos, porque la madera tampoco se puede vender de momento. Después de los incendios durante algunos años no conceden autorización para hacerlo, así que, como mucho, nos queda también la explotación micológica, que ahora se provechan más o menos por libre y con muy pocos controles. Nosotros estamos pagando ahora mismo las licencias en la Junta de Castilla y León, pero la junta vecinal no está sacando ningún beneficio a los permisos que se dan a la gente de aquí o de fuera para la recolección de setas. Son recursos muy de temporada, cada uno coge lo que puede, lo vende como puede y poco más se puede decir, porque no hay nada más regulado, ni por ley ni por mercado. En cuanto a la gente joven, la mayoría ha emigrado, menos unos pocos que trabajan en una cantera de piedra, en la gasolinera, en la construcción, algunos en las pizarras de La Baña y los menos todavía en la agricultura y la ganadería. El resto está fuera. -¿El monte ya no da empleos? -Hay algunos en las brigadas contra incendios de la base de Tabuyo, porque la que había aquí al lado, en Castrocontrigo, la han retirado. En guardería forestal sólo hay dos puestos de trabajo, que son funcionarios, con lo cual nada, y en repoblaciones y demás casi toda la gente es también de fuera. Ahora si hay tres o cuatro de Nogarejas para este trabajo y las brigadas contra indendios ya será mucho, aunque yo recuerdo que aún no hace muchos años llegamos a ser el doble o el triple. -¿Ha tenido la junta vecinal ofertas recientes para recuperar la explotación resinera? -En el tiempo que llevo yo presidiéndola no, aunque creo recordar que hace una década hubo una propuesta de este estilo por gente que venía de fuera para intentar reabrir la fábrica. Hablaban de nuevos sistemas de producción, mas baratos y rentables, pero no sabría decir si aquello era cierto o no en cuanto a posibilidades. En todo caso, aquello se olvidó también y la gente ya ni se lo plantea porque volver a la resina es inviable, al menos en una explotación comunal, tal como nosotros la conocemos. -¿Cuánto dinero generan ahora los montes al año para la junta vecinal? -La cantidad exacta no la sabría decir en este momento, pero lo que sé es que todo lo que genera el patrimonio comunal del pueblo, ya sea forestal o no se reinvierte cada año en mantener los servicios públicos al vecindario. El Ayuntamiento de Castrocontrigo, al que pertenecemos sólo se hace cargo del asfaltado de calles, pero todo lo demás corre por cuenta nuestra. La inmensa mayoría de las competencias corren a cargo de la junta vecinal, como el suministro de agua, el alcantarillado, el coste del alumbrado público, etcétera. Si nos llega algún dinero de fuera es exclusicamente para calles o para temas como accesos y carreteras a través de los programas de la Diputación.

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