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Catorce meses después

El juez Del Olmo y la fiscal Olga Sánchez realizan el mismo recorrido del tren que los terroristas hicieron estallar el 11 de marzo del 2004 matando a 192 personas

El juez Del Olmo recoge todo el material tras haber realizado el recorrido en el cercanías de Atocha

Publicado por
M. Sáiz-Pardo - madrid
León

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El juez que investiga el 11-M, Juan del Olmo, y la fiscal del caso, Olga Sánchez, se desplazaron ayer a Alcalá de Henares para reconstruir los viajes de los trenes que aquel jueves fatídico acabaron desintegrados por trece bombas. Reloj en mano y acompañados de un nutrido séquito -una veintena de policías científicos, agentes con cámaras, guardaespaldas, funcionarios de Renfe y de la Audiencia Nacional- la inspección realizada buscó despejar algunas de las incógnitas que, catorce meses después de la masacre, quedan todavía por resolver. El grupo, que se congregó en la Audiencia Nacional, llegó a la estación de la ciudad complutense este jueves (el mismo día de la semana que el 11-M) poco antes 6.30 horas de la mañana, con tiempo suficiente para desplazarse al aparcamiento del apeadero donde los terroristas estacionaron la furgoneta Renault Kangoo , uno de los vehículos que utilizaron para llevar las trece mochilas-bomba desde la casa de Chinchón donde se confeccionaron los artefactos a la estación. Según explicaron fuentes policiales, el juez y la fiscal querían comprobar personalmente la distancia y el tiempo que se tarda en llegar desde el aparcamiento a los andenes, cuestión básica para dilucidar el número exacto de los autores materiales de la masacre. No menos de diez A día de hoy, los investigadores sostienen que los terroristas que participaron aquel día en el crimen fueron trece, uno por cada mochila-bomba, aunque no se atreven a descartar que alguno tuviera tiempo suficiente de abandonar una mochila en alguno de los vagones, volver a la furgoneta, recoger otro bulto y retornar al convoy, lo que reduciría el número de activistas necesarios para llevar a cabo los atentados. En todo caso, sostienen que no pudieron ser menos de diez los terroristas que participaron en la operación esa mañana. La inspección realizada ayer trató de fijar otro punto importante de la hipótesis policial: para colocar bombas en trece vagones distintos de cuatro trenes consecutivos, los terroristas tuvieron que actuar en un único grupo desde la estación de Alcalá de Henares. La posibilidad de dos o tres subgrupos repartidos en estaciones sucesivas plantea, según los investigadores, serios problemas de coordinación. Testigos claves Otro aspecto que el juez Del Olmo y la fiscal Sánchez estudiaron ayer es la colocación de algunos de los testigos claves del caso, sobre todo los que han identificado a posibles autores materiales de la masacre. Sus declaraciones presentan algunas contradicciones. Por ejemplo, varias personas sitúan en diferentes trenes a un mismo terrorista. El juez se mostró ayer muy interesado en saber la sitaución de varios de estos testigos la mañana del fatídico 11-M para determinar qué grado de fiabilidad tienen sus declaraciones. Del Olmo ya tuvo que excarcelar en junio de 2004 a tres de los supuestos autores materiales de la masacre -Mohamed Chaoui Achab, Mohamed Bakali y Aderrahim Zbaj- después de comprobar que los testigos situaban a varios de los presuntos activistas en diferentes escenarios y con ropas diversas. Después de hacer estas comprobaciones, la comitiva entró en la estación a las 6.39 horas. El juez, la fiscal y los agentes recorrieron los andenes cuatro y seis, los mismos desde los que partieron los «trenes de la muerte». Durante diez minutos, el instructor hizo preguntas a los funcionarios de Renfe y a los agentes, hasta que a las 6.50 horas se subió, junto a Olga Sánchez, al primer vagón de convoy que esperaba salir. Allí, los policías depositaron en el portamaletas un par de bultos y los fotografiaron ante la mirada atenta de los pasajeros. Todas estas diligencias deben servir para construir un relato -apoyado en indicios- de lo que ocurrió aquella trágica mañana, algo imprescindible para cerrar el auto de procesamiento en el que ya trabaja el magistrado. Esa resolución marcará el final de la investigación, fijará presuntas responsabilidades penales y pondrá en marcha el trámite procesal necesario para juzgar a los sospechosos.

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