Los detenidos en Madrid y Granada armaron a los terroristas del 11-M

Los tres marroquíes detenidos el lunes en Madrid y Granada, presuntos traficantes de hachís y armas, fueron los que facilitaron a los terroristas del 11-M las ametralladoras y pistolas que utilizaron para repeler el asalto policial a la casa de Leganés en la que se suicidaron. Tras estos arrestos, la Comisaría General de Información considera casi aclarado uno de los puntos más confusos de la investigación de los atentados: la procedencia de las armas que tenía la célula de Serhane Ben Facket, El tunecino . El personaje central de la trama desarticulada en este último golpe es el tangerino Abdelkhalak Chergui, de 29 años, al que la Policía acusa de integración en banda armada, tráfico de armas y explosivos, tráfico de drogas y falsificación de documentos, y que fue detenido el pasado lunes en Madrid tras pasar varias semanas bajo vigilancia. Mandos de la lucha antiterrorista confirmaron ayer que fue este marroquí quien suministró al número dos de la célula del 11-M, Jamal Ahmidam El chino , los dos subfusiles Sterling MK-2 de fabricación británica, la ametralladora checa CZ y las dos pistolas cuyos restos se encontraron entre los cascotes de la casa de la calle Carmen Martín Gaite de Leganés. Chergui, con relaciones en los mercados negros de armas nacionales e internacionales, contactó con el también traficante de armas Lofti Sbai cuando el confidente policial Rafa Zouhier se interesó por pistolas y metralletas para vendérselas a El chino. El marroquí detenido el lunes aparece vinculado a las reuniones en restaurantes de Carabanchel Alto y Gran Vía en las que Zohuier cerró la venta de las armas y los explosivos. El Ministerio del Interior informó ayer de que Chergui también mantuvo relaciones muy estrechas con el propio Serhane Ben Facket, al que vendió algunos móviles usados en los atentados, y con Rachif Aglif, otro de los individuos involucrados en el intercambio de las armas y explosivos por hachís. A los responsables de la investigación preocupan más las relaciones que Chergui mantuvo con otro personaje clave de la trama del 11-M: Faissal Allouch, detenido apenas diez días después de la masacre. Tesorero de la célula, además organizaba en su casa del madrileño distrito de Villaverde Bajo las reuniones semanales de exaltación de la yihad a las que acudieron buena parte de los terroristas del 11-M y de los integristas detenidos en operaciones posteriores del juez Baltasar Garzón. El segundo detenido en Madrid es el también tangerino Mourad Bhar, Ismael , un «camello» de 20 años que habría desviado fondos procedentes del narcotráfico para la célula del 11-M. Socio de Chergui, almacenó en su casa del barrio de Aluche las armas que luego entregarían a El tunecino y El chino. El tercer arrestado, Abdelhak Chergui, de 32 años, es hermano del comerciante de Villaverde. Capturado en Granada, está acusado de ser lugarteniente de su hermano. Estaba matriculado en el último curso de Ingeniería Técnica en Telecomunicaciones de la Facultad de Linares (Jaén). Esta circunstancia hace pensar a la Policía que el estudiante «pudo haber facilitado la manipulación de los teléfonos móviles» usados por los terroristas del 11-M. Los agentes registraron dos inmuebles relacionados con Chergui: la casa que ocupaba en la barriada de la Paz de Linares y el «cyber locutorio de Moe», el local que el marroquí regestaba en la calle San Vicente Ferrer.