La banda prepara el terreno para dialogar

La precipitación con la que se preparó el atentado indica que se trata de una respuesta intencionada de ETA a la coyuntura en torno a la hipotética negociación con la banda. El hecho de que la furgoneta fuera robada sólo unas horas antes y, aún más, el de que las matrículas no fueran dobladas en contra del operativo habitual de la banda, dejan clara la intención de ETA de «hablar» en ese debate de la única forma que sabe, atentando. Tampoco es casual la fecha elegida. El día que Otegi comparece en la Audiencia Nacional acusado de pertenecer a ETA y poco después de otro golpe a la cúpula de ETA en Francia. Aunque la zona elegida es muy concurrida, el aviso se produjo con 45 minutos de antelación, muy superior al habitual. Ello indicaría que la intención de ETA no era matar sino hacer una demostración de fuerza. La principal hipótesis es que los autores del atentado fueron enviados expresamente a Madrid para cometerlo y con la instrucción de causar el mayor daño estructural posible sin provocar víctimas mortales. Todo indica que la banda no tiene en este momento en Madrid una infraestructura suficiente como para preparar coches bomba y doblarles la matrícula. Tampoco es normal que el explosivo estuviera a la vista en una mochila y no oculto en el maletero. Los autores del atentado se encuentran seguramente ya fuera de Madrid. La zona del atentado tiene bastante tráfico pero hay una salida muy cercana hacia la autovía de Barcelona por la que pudieron huir. La hipótesis es que se trata de dos personas, una de ellas una mujer. El atentado se interpreta en la clave aportada por el dirigente de Batasuna Pernando Barrena. La banda transmite que antes de declarar una tregua espera que el Gobierno afloje la presión. La principal decepción para los «optimistas» en el Gobierno es comprobar que esa misma fue la actitud de ETA antes de declarar su «tregua trampa».