La planta de biodiésel pretende que el 80% de su materia prima proceda del campo

La planta de biodiésel proyectada por la cooperativa agrícola Ucogal en León pretende que, al menos, el 80% de la materia prima que se utilice para producir este tipo de combustible proceda de aceites generados en la agricultura local, para lo que exigen al Gobierno que legisle la producción de biocarburantes y garantice con este porcentaje las ventas a los agricultores. Se da la circunstancia de que el vacío legal hace posible que estas fábricas se puedan abastecer de aceites importados, sin que los beneficios redunden en una agricultura local que podría relanzarse en los próximos años como proveedora de semillas de girasol y colza, que son los cultivos idóneos para fabricar biodiésel. Los grandes inversores que respaldan este proyecto, entre ellos petroleras y entidades financieras, esperan desde hace tiempo esta nueva ley, que sólo depende de la Administración central y cuya aprobación sería inminente si existiese intencionalidad política. El presidente de Ucogal y secretario provincial del sindicato Ugal-Upa, Matías Llorente, subraya que la planta sigue siendo una apuesta prioritaria, pero advierte: «Nunca apoyaremos un proyecto que no tenga como objetivo ayudar al agricultor y que no sea una alternativa para la crisis del sector. Pongo de ejemplo Enervisa». Se trata de un momento único para el desarrollo de este tipo de biocarburantes fabricados a partir de productos agrarios. Por un lado, la Unión Europea está primando con 45 euros la hectárea de cultivos energéticos. Además, la Unión Europea obligará a partir del 2007 a que, como mínimo, el 7% del combustible que se consuma sea «bio», razón por la que la demanda de estos aceites vegetales se está disparando en todo el continente. La pretensión de Ucogal es ejecutar una inversión de entre 30 y 40 millones de euros para absorber en un futuro la producción de 60.000 hectáreas de cultivos. Una suma de ayudas «Sería rentable», sostiene Matías Llorente. El promotor de la idea argumenta que, además de la prima por aportar cultivos energéticos, el agricultor mantiene todas las ayudas de la PAC y la «mochila», el baremo que toma como referencia los ingresos de los tres últimos años de la explotación en cuestión. A sus beneficios se sumaría la venta del producto, que se paga entre 0,19 y 0,22 céntimos de euro el kilo de semilla. Llorente resalta que este tipo de cultivos son también una alternativa para aquellos campesinos que pueden optar a retirar el 10% de sus tierras (barbecho) o, a partir de ahora, dedicar esta superficie a plantaciones primadas por Europa. Lo importante del plan de Ucogal es el proyecto de construir como paso previo a la factoría de refinamiento del aceite una planta que extraiga el aceite de las semillas. De este modo no queda duda alguna que los agricultores serán los proveedores de la materia prima en perjuicio de los aceites importados. Donde los nuevos regadíos El punto estratégico para ubicar este complejo es el área de los nuevos regadíos, por sus comunicaciones y por la cercanía al centro logístico de hidrocarburos, ubicado en la zona de Palanquinos. Hace ya dos meses, Ucogal constituyó con un capital social mínimo la sociedad limitada Energías Alternativas Ecocarburantes León como primer paso para levantar la planta. Este año se firmará el primer contrato con una cooperativa navarra -se trata de EHN, financiada por el gobierno foral- que garantiza la adquisición de toda la producción de colza que aporte León durante la próxima campaña. «Nunca apoyaremos un proyecto que no tenga como objetivo ayudar al agricultor y que no sea una alternativa a la crisis del sector» MATÍAS LLORENTE, presidente de Ucogal, la cooperativa que promueve el biodiésel en León