El presidente que se olvidó de todo

Adolfo Suárez no recuerda que fue presidente del Gobierno. Su hijo Adolfo Suárez Illana reconoció el pasado martes, por primera vez en público, la gravedad del estado de su padre, que padece desde hace años Alzheimer o demencia senil y ya ni siquiera reconoce a sus hijos. El primer presidente de la democracia sintió los primeros síntomas de su enfermedad hace años y fue consciente de que comenzaba a perder facultades, pero intentó ocultarlo ante su familia. Adolfo Suárez junior confesó en el programa Las cerezas de TVE que en esos momentos el conductor de las Transición sufrió mucho al comprobar sus fallos de memoria o sus despistes, síntomas que luego se confirmaron como propios de una terrible dolencia. Dos sin vida pública La última aparición pública de Suárez fue en mayo de 2003 con motivo de la campaña de las elecciones municipales y autonómicas. El ex presidente quiso apoyar a su hijo, candidato por el PP a la presidencia de la Junta de Castilla La Mancha, y acudió con él a un mitin en Albacete. Sólo Adolfo jr. y las personas que estaban al tanto de su enfermedad se percataron de que el Alzheimer le estaba jugando en ese momento una mala pasada. Adolfo Suárez perdió el hilo de su discurso, se hizo un lío con los papeles y durante unos segundos permaneció mudo. El aplauso del público le sacó del apuro y sus tablas de presidente le ayudaron a superar la situación. «Qué voy a decir de mi hijo -concluyó con una abierta sonrisa-. ¡Que es estupendo!» En casa, con los suyos Nadie sabe si las desgracias que sufrió la familia, con la muerte de su esposa, Amparo, y la posterior de su hija Mariam, ambas víctimas de cáncer, influyeron en la evolución del estado de Adolfo Suárez. Lo cierto es que tras el fallecimiento de su mujer, empeoró. Pero la enfermedad fue por una vez caritativa y el ex presidente nunca llegó a ser consciente de que su primogénita tampoco pudo sobrevivir al cáncer. Dicen algunas de las personas que aún le visitan que a veces pregunta ella. Desde que empeoró y requirió atención constante, Suárez contó con la ayuda inestimable, además de sus hijos, de Maria Elena López Nombela, la niñera que atendió a la familia desde el nacimiento de Javier, el menor de la familia. La tita, como la llamaban los jóvenes Suárez, fue una más de la familia y veló día y noche por que el político tuviera todas las atenciones que requería su estado. Murió repentinamente de un infarto cerebral hace apenas un mes. Adolfo Suárez tampoco se ha enterado de este fallecimiento. El puesto de María Elena al lado del enfermo lo han ocupado los hijos menores, Mirian y Javier, que se han traslado a la casa familiar para atender al padre. Se alternan en su cuidado con el mayor, Adolfo, y con Sonsoles, que lucha a su vez para superar otro cáncer, enfermedad que se ha cebado como una maldición con la familia Suárez. Los cuatro aportan al ex presidente el cariño que parece darle algo de vida. Adolfo jr. contaba el martes en TVE que, aunque el ex presidente no recuerda nada y no reconoce a nadie, es sensible a las muestras de afecto y responde a ellas con bromas. El homenaje Adolfo Suárez recibirá el próximo día 9 un homenaje al que ya han confirmado su asistencia los cuatro presidentes que le sucedieron en la Moncloa: Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero. Allí estarán también muchos de los que le acompañaron en la Transición y los que después de haberle criticado se convirtieron en sus amigos. Sólo él estará ausente. Suárez Illana recordó asimismo la etapa que vivió su padre el frente del Gobierno y recordó que «compensó» las críticas que pudo haber recibido «con enormes dosis de cariño», con una vida familiar «corta, pero muy intensa». «La etapa de la Transición fue dura para todos y para la familia Suárez. El cariño que hoy tiene la gente a mi padre es gracias a ese sacrificio y esfuerzo. Los momentos buenos de nuestra familia han sido extraordinarios», añadió. Sobre este periodo también señaló que su padre es una persona que no guarda rencor hacia las personas que le pudieron haber perjudicado en el pasado. «No le importaba la crítica y, con todos sus adversarios, los ha perdonado. He tenido ocasión de hacerles llegar ese perdón y otros se han empeñado en no recibirlo. Adolfo Suárez no ha sentido rencor. Me quedo con el apoyo y el cariño que hoy en día tiene», matizó. Suárez junior en política En cuanto a su paso por la política como candidato del Partido Popular en las elecciones de Castilla-La Mancha, Suárez Illana aseguró no sentirse «fracasado» ni arrepentirse «en absoluto» de ello porque, explicó, «no se puede llamar fracasar a defender los intereses de una tierra». «Una veces se gana y otras se pierde» pero «no se debe medir el paso por la política con fracasos, sino con la dedicación», dijo. Por ello, el hijo del que fue presidente de España rechazó la idea de abandonar la política, que «es una pasión, es una forma de entender la vida y en ocasiones tienes posibilidad de dedicarte o no a ella». «Mi padre me ha contado que no existen los ex políticos», explicó.